Charlie Kirk, uno de los jóvenes referentes de la extrema derecha norteamericana y aliado fiel de Donald Trump, ha sido víctima este miércoles de un tiroteo en Utah. El activista, de 30 años, ha recibido un tiro en el cuello mientras participaba en un acto público en la Universidad del Valle de Utah, en el marco de la gira The American Comeback Tour organizada por la filial local de Turning Point Action, la entidad que él mismo fundó en 2012 y que dirige desde entonces. Kirk ha muerto momentos más tarde, según ha anunciado Donald Trump. En imágenes difundidas por redes sociales, se le ve sentado bajo una carpa hablando con los asistentes cuando recibe el impacto de la bala, que ha generado escenas de caos y gritos entre el público. Kirk era una de las voces más influyentes del trumpismo y ha construido su carrera política defendiendo posiciones ultraderechistas en materia de inmigración, cultura y educación. La revista Forbes lo incluyó en 2018 en la lista 30 Under 30 en la categoría de ley y política.
This is horrific.
— Gregg �������� �������� (@realgreggd) September 10, 2025
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Kirk se declaraba cristiano evangélico y provenía de una familia de clase media del área de Chicago. Desde muy joven mostró interés por la política: en la adolescencia hizo de voluntario en la campaña al Senado del republicano Mark Kirk —con quién no tiene ninguna relación familiar— y empezó a escribir para el portal ultraconservador Breitbart News, donde denunciaba lo que consideraba un "sesgo progresista" en los libros de texto escolares. Estos primeros pasos le abrieron las puertas a medios como Fox News, donde empezó a aparecer como invitado habitual. A pesar de intentar entrar en el ejército norteamericano, no fue aceptado. Más adelante cursó estudios en el Harper College, también en Illinois, pero los abandonó para dedicarse de pleno en política y en el proyecto que acabaría convirtiéndose en Turning Point Action.
La trayectoria política de Kirk se consolidó durante la campaña de las elecciones presidenciales de 2016, cuando fue invitado a Fox News al lado de Donald Trump Jr., Eric Trump y Lara Trump, hecho que lo situó en la órbita directa del entorno trumpista. Tres años más tarde, en 2019, la Universidad Liberty —centro evangélico privado y de referencia para la derecha norteamericana— le concedió un título honorífico. Aquel mismo año asumió la presidencia de Estudiantes por Trump, organización absorbida por Turning Point Action, con la que consiguió movilizar a más de un millón de estudiantes de cara a las presidenciales de 2020. Su proyección pública no dejó de crecer e intervino en la Convención Nacional Republicana de 2020 y, un año después, fue ponente en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Orlando, uno de los foros más importantes del conservadurismo en Estados Unidos.

Líder de Turning Point Action
Desde los 18 años, Kirk se había convertido en el rostro visible y el motor de Turning Point Action, la organización que cofundó en 2012 y que hoy lideraba como director ejecutivo y principal recaudador de fondos. Según The New York Times, bajo su dirección la entidad ha pasado de ser una iniciativa estudiantil a consolidarse como una poderosa maquinaria mediática, alimentada por grandes donaciones de figuras como el magnate Foster Friess. El grupo se ha hecho conocido por proyectos polémicos como la Profesor Watchlist, que señala a docentes universitarios acusados de difundir ideas progresistas, y la School Board Watchlist, orientada a fiscalizar los consejos escolares locales. Estas campañas han convertido a Kirk en una figura central de la batalla cultural del trumpismo en los campus y en un referente para la extrema derecha norteamericana.
La trayectoria de Charlie Kirk también ha sido marcada por polémicas relacionadas con la financiación de Turning Point Action. En 2020, una investigación de ProPublica puso en duda la transparencia de la organización, señalando que había presentado datos económicos engañosos y que las auditorías no habían sido hechas por un organismo independiente. Según este informe, mientras la entidad se presentaba como un movimiento juvenil y patriótico al servicio de Trump, sus dirigentes habrían obtenido importantes beneficios personales. En el caso de Kirk, su sueldo pasó de 27.000 dólares a casi 300.000 en pocos años, y llegó a superar los 325.000 anuales, coincidiendo con el año en el que la organización declaró ingresos por más de 39 millones. Además, se reveló que el joven líder había adquirido un lujoso apartamento en Longboat Key, Florida, valorado en 855.000 dólares, un hecho que alimentó a las críticas sobre el uso de los fondos.