Trudeau ya ha tenido bastante. Después de días aguantando el asedio de los manifestantes antivacunas en la capital, Ottawa, y el bloqueo de carreteras por todo el país, el presidente canadiense ha decidido invocar el uso de poderes especiales de emergencia. Se trata de una medida extrema, sobre la cual ha asegurado que no limitará la libertad de expresión. El ejecutivo canadiense ha firmado que las medidas que se tomarán bajo el amparo del estado de emergencia "serán razonables".

Canadá no ha visto la toma de medidas tan radicales desde los años setenta. La última vez que se utilizó la Ley de Emergencias, denominada anteriormente Ley de Medidas de Guerra, fue en octubre de 1970 por Pierre Trudeau, entonces primer ministro y padre del actual gobernante canadiense, Justin Trudeau, para combatir una ola de ataques del grupo terrorista Frente de Liberación del Quebec (FLQ).

Bloqueo del país

En esta ocasión recurrir  a esta ley despierta más problemas. Combatir un grupo terrorista es relativamente sencillo de justificar por un Estado, una manifestación que bloquea la capital y las fronteras, no. Por eso, cuando Trudeau ha anunciado las nuevas medidas ha insistido en decir que se defenderá la libertad de expresión y el derecho a manifestación incluso bajo el Estado de emergencia. Ahora bien, ha matizado que las acciones de los antivacunas están yendo mucho más allá de una simple manifestación.

Facciones de los manifestantes antivacunas están optando por acciones cada vez más agresivas, sobre las que la policía tiene poco control. Por ejemplo, este pasado lunes. La Policía Montada canadiense informa de la detención de 11 personas que participaban en el bloqueo del cruce fronterizo de Coutts, al oeste del país, y que estaban en posesión de numerosas armas de fuego y chalecos antibalas. La policía canadiense dijo en un comunicado que el grupo había expresado su "voluntad de utilizar la fuerza" si las autoridades intentaban desmantelar el bloqueo que mantienen desde hace más de dos semanas un grupo de opositores a las medidas para controlar la pandemia.

Esta situación se replica en varias carreteras y puntos fronteras del país, que están llevando el Estado a perder millones de dólares y sufrir por el abastecimiento. Mientras tanto, la ocupación del centro de Ottawa por parte de unos 400 camiones y centenares de personas se mantiene desde el 29 de enero sin que las autoridades municipales sean capaces de evacuar a los manifestantes. Los antivacunas que salvan por la capital han amenazado con bloquear el parlamento, una amenaza que Trudeau ha respondido acusándolos de atacar la democracia.