Un enfrentamiento armado entre las fuerzas de Tailandia y Camboya ha estallado este jueves en su frontera común, donde una disputa territorial antigua ha reavivado. Los combates se han extendido a seis puntos diferentes de las provincias tailandesas de Surin, Ubon Ratchathani, Buriram y Sisaket, y han incluido incluso ataques aéreos, con ambas partes acusándose mutuamente de ser los instigadores de la escalada. Según el Ministerio de Salud tailandés, 12 personas han perdido la vida y decenas han resultado heridas. El ejército de Tailandia ha denunciado que tropas camboyanas abrieron fuego en Surin y que seis soldados con lanzacohetes se colocaron ante una base operativa. Por su parte, el presidente del Senado camboyano y exmandatario del país, Hun Sen, ha acusado a Bangkok de ser el originador de la agresión. A continuación, analizaremos las claves que han conducido a este nuevo episodio de tensión.

1. Los orígenes del conflicto

El origen inmediato de este nuevo estallido de violencia se remonta al pasado 28 de mayo, cuando una disputa por el control de una zona boscosa remota desencadenó un intercambio de tiros entre militares tailandeses y camboyanos, que se alargó unos diez minutos y causó la muerte de un soldado de Camboya. Este episodio puso fin a más de una década de tregua, durante la cual la controversia sobre la delimitación de la frontera se había gestionado principalmente por la vía diplomática. El incidente tuvo lugar en Chong Bok, un área conflictiva que las dos naciones reclaman y que acoge varios templos de origen jemer, como el de Ta Muen Thom y Ta Krabe. Desde entonces, la escalada ha estado constante, con acusaciones cruzadas y refuerzo militar en la frontera. La explosión reciente de minas antipersona, aparentemente colocadas hace poco tiempo y que han dejado a varios soldados tailandeses heridos, ha sido el desencadenante final que ha precipitado el estallido armado de este jueves.

2. La escalada

Hacia las 8:20 hora local, soldados tailandeses y camboyanos han empezado a enfrentarse en torno al templo de Ta Muen Thom. Las dos partes se responsabilizan mutuamente de haber iniciado el intercambio de fuego y afirman haber respondido en defensa propia. Lo que había empezado como un choque puntual se ha extendido en cuestión de horas a al menos seis puntos fronterizos, con una intensificación significativa de los combates: aviones tailandeses han bombardeado objetivos militares de Camboya, mientras que las fuerzas camboyanas han respondido con misiles. Mientras que Tailandia habla de 12 muertos, Camboya, de momento, no ha facilitado datos sobre víctimas, en unos enfrentamientos que tienen lugar a centenares de kilómetros de las capitales respectivas.

Personas mayores sentadas en un centro de evacuación del gobierno tailandés después de los ataques / EFE
Personas mayores sentadas en un centro de evacuación del gobierno tailandés después de los ataques / EFE

3. Una disputa histórica

La base del conflicto territorial entre Tailandia y Camboya se remonta al acuerdo firmado en marzo de 1907 entre el Reino de Siam —nombre histórico de Tailandia— y la antigua potencia colonial francesa, que entonces administraba el actual territorio camboyano. El objetivo de este tratado era delimitar la frontera mediante el intercambio de determinadas regiones. No obstante, según las autoridades tailandesas, la aplicación real de aquella línea divisoria se hizo con desviaciones significativas con respecto a lo que establecía el texto, especialmente en áreas como el templo de Preah Vihear y otras zonas fronterizas estratégicas. Esta discrepancia ha sido motivo de tensión recurrente y ha degenerado periódicamente en episodios de violencia armada, como los combates intermitentes entre los años 2008 y 2011, que se saldaron con cerca de una treintena de muertos. La disputa continúa latente, sin una resolución definitiva, y condiciona las relaciones entre ambos estados hasta el día de hoy.

4. Crisis política interna

El conflicto territorial también ha tenido repercusiones directas en el escenario político de Tailandia. A raíz de los hechos ocurridos en mayo, el 1 de julio pasado el Tribunal Constitucional suspendió temporalmente a la primera ministra Paetongtarn Shinawatra, después de que se filtrara una llamada telefónica en que criticaba el papel de un comandante del ejército en la frontera con Camboya. La conversación, mantenida con el expresidente camboyano Hun Sen, ha abierto una investigación sobre si Shinawatra cometió una "grave falta ética". Su suspensión ha dejado la dirección del país en manos del veterano dirigente Phumtham Wechayachai, que ejerce de manera interina mientras avanza el proceso judicial. Además, la primera ministra afronta una segunda investigación paralela de la agencia anticorrupción del país por el mismo asunto.

La primera ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatra / EFE
La primera ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatra / EFE

5. ¿Golpe de Estado?

La intensificación del conflicto con Camboya y la inestabilidad política interna ha reactivado los temores de una nueva intervención militar en Tailandia, un país con una larga tradición de golpes de Estado. El Ejército tailandés ha protagonizado numerosas interrupciones del orden democrático a lo largo del siglo XX y XXI, incluyendo los golpes de 2006 y 2014 que derrocaron los gobiernos de Thaksin Shinawatra y Yingluck Shinawatra, padre y tía, respectivamente, de la actual primera ministra suspendida. Varios analistas señalan que los militares podrían estar aprovechando la escalada bélica para cuestionar la autoridad del gobierno civil y poner en duda la capacidad de su líder para gestionar la crisis. "Ahora, una vez más, los militares están sugiriendo abiertamente que el gobierno civil es débil y que la primera ministra es tan inexperta que no puede hacer frente a esta situación", advertía a finales de junio el experto Joshua Kurlantzick, del laboratorio de ideas británico Consejo de Relaciones Exteriores.