Suecia ha extraditado a un kurdo, Mahmut Tat, que se había refugiado en el país nórdico en 2015 después de haber sido condenado a seis años y 10 meses de prisión en Turquía por su pertenencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado un grupo terrorista por el país, por la Unión Europea y por los Estados Unidos. Así, el país nórdico cumple con las exigencias que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, impuso a Suecia y Finlandia si estas querían formar parte de la OTAN. Según ha informado la agencia a Anadolu, Mahmut Tat fue detenido el pasado 22 de noviembre y llevado a un centro de detención en la ciudad Mölndal. Finalmente, fue extraditado en Turquía el viernes por la noche, y al llegar al aeropuerto de Estambul fue detenido. Después de llevarlo ante un tribunal, este sábado ha ingresado en prisión.

Suecia cumple con los requisitos que le impone Turquía

La invasión rusa de Ucrania llevó a Suecia y Finlandia a solicitar formalmente la adhesión a la OTAN el pasado mes de mayo, un movimiento con el cual abandonaban décadas de neutralidad. Casi todos los miembros de la Alianza Atlántica han ratificado la incorporación de los dos países escandinavos a la organización, con la excepción de Turquía y Hungría, aunque esta última ya ha anunciado que votará a favor en febrero de 2023. La incorporación de un nuevo país a la OTAN requiere un acuerdo unánime de los miembros, de manera que Suecia y Finlandia dependen de Turquía.

Al conocer la petición de adhesión de Suecia y Finlandia, Erdogan se opuso argumentando que desde Ankara no podían permitir el ingreso a la OTAN a países que son "refugio del terrorismo". Turquía se refiere a los miembros del PKK, pero también a las Unidades de Protección Popular (YPG), milicias kurdosirias aliadas de los EE.UU. en la lucha contra el Estado Islámico (EI) en Siria, pero que Ankara considera una rama del PKK.

El pasado mes de junio, Suecia, Finlandia y Turquía firmaron un memorándum en la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. En este acuerdo, los países nórdicos se comprometieron a dar apoyo en Turquía ante las "amenazas a su seguridad nacional". En este sentido, el acuerdo contempla que tendrán que prohibir la actividad del PKK y de organizaciones e individuos próximos a este, así como prevenir la "propaganda contraria a Turquía". Otro de los puntos hacía referencia al hecho de que Suecia y Finlandia tenían que encargarse de la treintena de extradiciones pendientes a Turquía. La semana pasada, representantes de los gobiernos de los tres países se reunieron en Estocolmo para negociar la implementación de este acuerdo con medidas concretas.

Críticas en Suecia por vulnerar los derechos de los refugiados

Los familiares de Tat y el que había sido su abogado, Abdullah Deveci, han denunciado que durante su detención en Suecia no pudieron ponerse en contacto con él hasta pasados unos días de su arresto. Deveci ha asegurado al medio Gazeteduvar que su extradición responde a cuestiones políticas y no legales y ha criticado a Suecia or permitirlo. "Es terrible para Tat, pero también para el pueblo y la democracia suecos", ha afirmado Deveci, que ha acusado al país nórdico de cometer "un delito contra la ley de refugiados y los acuerdos internacionales".

Por otra parte, la ministra de Migraciones de Suecia, Maria Malmer Stenergard, ha asegurado que es una "extradición individual" producida por el rechazo a la petición de asilo y ha negado cualquier influencia de su gobierno en las acciones de las autoridades migratorias y la policía. "Ni el gobierno ni ningún gabinete ministerial han influido en las autoridades pertinentes ni en los tribunales" que han intervenido en este caso, ha asegurado.