Desde hace unas semanas, el rumor de una nueva renuncia sobrevuela el Vaticano y la última visita del papa Francisco no ha ayudado a hacerlo desparecer, sino al contrario. El pontífice ha visitado este fin de semana la tumba de Celestino V, un papa que pasó a la historia por ser el primero en renunciar a su cargo. Lo hizo en 1294, en el siglo XII, pocos meses después de ser escogido y cuando tenía 80 años. Francisco ya hace 9 años que es papa, el próximo mes de marzo cumplirá una década al frente de la Iglesia católica, y ya ha hecho los 85 años, pero esta visita a Celestino V, enterrado en la población italiana de L'Aquila, ha levantado todas las sospechas, que Francisco no se ha esforzado mucho en silenciar: a finales de julio aseguraba que tampoco sería ninguna catástrofe seguir los pasos de su predecesor, Benedicto XVI.

En L'Aquila, a 120 kilómetros de Roma, el papa ha visitado su catedral donde todavía son evidentes los estragos provocados por el terremoto de 2009, donde murieron 309 personas y más de 70.000 se quedaron sin casa. De estas, muchas todavía no tienen una vivienda 13 años después de la tragedia. El papa, en medio de los rumores por una posible renuncia, ha saludado a los familiares de las víctimas del terremoto y ha aprovechado la ocasión para referirse a otras desgracias como el "sufrimiento del Pakistán y de Ucrania", los primeros por las últimas inundaciones que han afectado en el país, los segundos por una guerra que ya hace seis meses que dura y que Francisco ha ido denunciando día tras día desde el pasado mes de febrero.

Encuentro con el ministro Félix Bolaños

Este fin de semana ha sido intenso para Francisco, a pesar de sus problemas de salud, ya que también ha ordenado hasta una veintena de cardenales, entre los cuales el español Fernando Vérgez. A este acto en el Vaticano asistió el ministro de Presidencia, Félix Bolaños: las funciones de relaciones con la Iglesia, marcadas por las investigaciones sobre la pederastia, recaen en él. En este sentido, Bolaños ha asegurado después de un saludo con Francisco que el papa le había confesado que, por culpa del dolor de la rodilla que sufre desde ya hace meses y que no ha hecho nada más que aumentar los rumores de una posible renuncia, le cuesta mucho levantarse, pero que había ido hasta el acto andando.

La renuncia, una opción real según Francisco

De esta manera, podría ser que si Francisco acabara renunciando a su cargo como santo padre concedieran dos papas "eméritos". En un vuelo que conectaba Canadá con Roma, el pontífice aseguró a los periodistas que "cambiar de papa no sería una catástrofe". En este sentido, sin embargo, aclaró que no se lo había planteado, ya que si bien era una de las opciones normales, "hasta hoy no he llamado a esta puerta. No he tenido ganas de pensar en esta posibilidad. Pero eso no significa que pasado mañana no empiece a pensar", dejó caer. Ahora, esta visita en L'Aquila, y sobre todo, la plegaria delante de la tumba de Celestino V, hacen pensar que Francisco ya ha empezado a reflexionar sobre su futuro.