Rusia no ha hecho ni caso al Tribunal de La Haya, y ha rechazado la medida cautelar que dictó el miércoles la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que exigía a Moscú suspender de forma inmediata las operaciones militares en Ucrania. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha comunicado esta mañana la decisión del gobierno ruso. "No, no podemos atender esta decisión. La Corte Internacional apela a un concepto como el acuerdo entre las partes. Aquí no puede haber ningún acuerdo. En este caso es algo que no podemos tomar en consideración", ha afirmado. El alto tribunal de la ONU decidió este miércoles, por trece votos a dos, dar la razón a Kiyv y exigir a Moscú "suspender de forma inmediata las operaciones militares" en Ucrania.
La aplicación de las órdenes del tribunal depende de la voluntad de los Estados y, eventualmente, del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia tiene derecho a veto. Por lo tanto, no hay en estos momentos ningún organismo que pueda obligar al Kremlin a detener la guerra, aunque su negativa representa un nuevo aislamiento de las posiciones rusas. En la votación de este punto Rusia recibió solo el apoyo de China, aunque puede ser por una razón de equilibrios porque por ahora Pekín no ha aceptado la petición de Moscú de que le envíe armas.
La invasión en Ucrania por parte de Rusia ya hace 22 días que empezó. En este tiempo miles de civiles ucranianos han perdido la vida, pero la resistencia del país también se ha cobrado la vida de un gran número de soldados rusos. Las agencias de inteligencia de EE.UU. estiman que más de 7.000 soldados rusos han muerto en las tres semanas que dura la guerra, una cifra que supera a los militares norteamericanos que perdieron la vida en las guerras de Iraq y Afganistán, según recopilación The New York Times. Normalmente, se calculan las bajas militares multiplicando por 2,5 el número de muertes, con el fin de incluir así a los heridos. En este caso, el ejército soviético habría sufrido unas 17.500 bajas en total, lo que querría decir que necesita nutrirse de nuevos efectivos con cierta celeridad.
En este sentido, funcionarios norteamericanos han informado que las bajas están teniendo un gran efecto negativo sobre las acciones rusas, ya que cuando el 10% de los miembros de una unidad militar mueren o resultan heridos, esta unidad ya no es capaz de llevar a cabo acciones de combate. Según las informaciones norteamericanas, actualmente más de 150.000 militares rusos participan en la guerra en Ucrania y entre 14.000 y 21.000 están heridos, lo que podría significar que la mayoría de las unidades de combate están bajo mínimos. A esta estimación se le tiene que sumar la información confirmada de que al menos tres generales rusos han muerto en el campo de batalla.
En la fotografía principal, Vladímir Putin y Dmitri Peskov | EFE