Después de conocerse la existencia de una trama de extorsión contra Julian Assange, este lunes se ha hecho público el contenido de los e-mails con los que los cuatro periodistas españoles responsables de la trama hacen chantaje al líder de Wikileaks. La extorsión se hizo vía correo electrónico del 8 de marzo al 10 de abril i se llegó a pedir 3 millones de euros a cambio de no publicar sus conversaciones privadas en la embajada de Ecuador en Londres, según ha publicado Cadena Ser.

Durante este periodo, hubo un intercambio de 40 mails entre José Martí "Pepe", líder de la extorsión y Kristinn Hrafnsson, editor jefe de Wikileaks. En uno de los correos publicados, "Pepe" explica que entre los audios que tienen, Assange habla sobre una reunión entre el presidente de Ecuador y Mike Pompeo, jefe de la diplomacia de Estados Unidos. En este documento Assange afirma que "lo han vendido y teme por su vida".

La denuncia presentada en la Audiencia Nacional contra la red de espionaje asegura que fue el Gobierno ecuatoriano quien grababa los movimientos de Assange en Londres. Las empresas que se encargaban de la protección con cámaras de Assange eran UC Global primero, y después Ecuador Promsecurity, que se apunta como presunto responsable de haber grabado la reunión entre Assange y sus abogados.

En el último mail intercambiado, el líder de la red intenta cerrar un acuerdo por un millón y medio de euros, la mitad del valor que habían pedido al principio. "Pepe" pedía la transferencia de este importe libre de impuestos y con pago documental y legal.

Actuación policial y judicial

Los últimos cinco correos electrónicos intercambiados entre los extorsionadores y Hrafnsson fueron monitorizados por la Policía Nacional después de que Wikileaks presentara la denuncia por extorsión. Ante las medidas policiales de control, los extorsionadores aseguran vivir "momentos angustiosos porque son controlados por la Policía Nacional en su casa y el trabajo".

El pago nunca se produjo, el xantaje no funcionó y la última semana cuatro personas fueron detenidas por orden de un juzgado de Madrid acusadas de formar parte de una red de espionaje. El juez decretó libertad con medidas cautelares para los cuatro detenidos.