Carlos III hace menos de una semana que es el rey del Reino Unido y ya ha protagonizado dos polémicas que han dejado patente su mal humor. En esta ocasión ha estado por culpa de una pluma estilográfica. El rey Carlos y la reina consorte, Camila, visitaron este martes el castillo de Hillsborough, durante su visita a Irlanda del Norte, y en el momento de firmar unos documentos se ha vuelto a ver el fuerte carácter del nuevo rey. El vídeo publicado por CBS News muestra Carlos III sentado a punto de firmar un documento, una acción que ha repetido mucho durante los últimos días. El primero que pregunta es la fecha: ¿"Es 12 de septiembre"?, y uno de sus acompañantes le contesta, "Sí, es 13, señor". "Oh, dios, he puesto mal la fecha", añade Carlos III. Con la pluma, ralla los datos equivocados y pasa la pluma a Camila para que también firme, está justo aquí cuando Carlos III se enfada porque se manchó la mano con la tinta y seguidamente exclamó "Oh Dios, odio eso". ¡"No puedo soportar esta maldita cosa! Lo que hacen cada maldito momento".

 

El mal carácter de Carlos III

La primera salida de tono del nuevo rey británico se pudo ver este sábado en la ceremonia de su proclamación. Concretamente, antes de sentarse a firmar los documentos de su proclamación, Carlos III pidió de malas maneras a uno de sus ayudantes que retirara uno de los tinteros de sobre su escritorio, haciendo gestos con sus manos y con expresiones de molestia, el nuevo monarca pedía que le retiraran los instrumentos que le impedían situarse cómodamente para firmar los grandes pliegues. El momento de rubricar el juramento que acababa de pronunciar ante el Consejo de Ascensión quedó marcado por este acto que dejó patente la mala relación de Carlos III con las plumas y su falta de paciencia.

Decenas de empleados de Carlos III serán despedidos

Decenas de empleados del personal de Clarence House, la residencia de Carlos III cuando era príncipe de Gales antes de convertirse en nuevo rey, han recibido el aviso que serán despedidos próximamente, en medio de las ceremonias de despido de la difunta Isabel II. Según ha informado este martes The Guardian, hasta un centenar de trabajadores de la antigua residencia oficial del rey han recibido un escrito en el cual se les informa de que sus servicios ya no son necesarios y se les ayudará a buscar nuevas ocupaciones. Entre las personas afectadas por la medida se encuentran secretarios privados, la oficina financiera, el equipo de comunicaciones y personal del hogar, algunos de los cuales con décadas de antigüedad, que recibieron la noticia en medio del servicio religioso en honor de la reina en la catedral de St Giles, en Edimburgo, el lunes pasado. "Todo el mundo está furioso, incluidos los secretarios privados y el equipo de mandos. Todo el personal había estado trabajando muy intensamente desde la noche del jueves (cuándo murió Isabel II) para encontrarse con esto... la gente está muy alterada", dijo al citado diario una fuente no identificada.