El presidente ruso, Vladímir Putin, busca transformar su imagen internacional: de ser visto como el agresor en la guerra de Ucrania, quiere pasar a actuar como mediador en el conflicto entre Irán e Israel. Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, Rusia está dispuesta a ofrecer servicios de mediación si fuera necesario. Esta propuesta se enmarca en una estrategia geopolítica más amplia, donde Rusia, aliada estratégica de Irán, pero con una relación pragmática con Israel, pretende ganar influencia internacional y, al mismo tiempo, presionar los Estados Unidos para conseguir una resolución favorable a la guerra de Ucrania.

¿Qué se sabe, hasta ahora, del conflicto entre Israel e Irán?
 

Putin ofreció directamente sus servicios al presidente norteamericano, Donald Trump, en una llamada el 4 de junio, reiterando esta voluntad diplomática en conversaciones posteriores. Su asesor Yuri Ushakov explicó que el presidente ruso defiende una solución “político-diplomática” al programa nuclear iraní y ha condenado los bombardeos israelíes sobre territorio iraní. Moscú ha sugerido la retirada de su uranio enriquecido y su reconversión para uso civil, una propuesta que todavía continúa sobre la mesa, aunque los EEUU exigen una eliminación total de este uranio.

¿Qué dice Trump?

Trump se ha mostrado abierto a la mediación rusa para resolver el conflicto nuclear con Irán. Dentro de esta ofensiva diplomática, Putin también ha contactado tanto con el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, como con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para evitar una escalada del conflicto en el Oriente Medio.

Muchos analistas ven este movimiento como un intento de desviar la atención de la guerra en Ucrania. De hecho, los Estados Unidos no parecen dispuestos a imponer nuevas sanciones contra Rusia ni a aprobar nuevos envíos de armas a Kyiv, en un contexto en que el foco internacional se está desplazando. A pesar de condenar oficialmente los ataques israelíes, el Kremlin no ha ofrecido ninguna ayuda efectiva a Irán, aunque este país ha sido un proveedor clave de drones en los primeros años de la guerra en Ucrania.

El pacto de asociación estratégica firmado entre Rusia y el Irán a principios de año no incluye apoyo militar, a diferencia del acuerdo firmado con Corea del Norte. Además, Rusia ha empezado a fabricar drones Shahed de origen iraní en Tartaristán, instalación recientemente atacada por Ucrania.

Rusia sigue avanzando a Ucrania

Mientras tanto, en Ucrania, Rusia sigue avanzando, especialmente en el Dombás y en las regiones de Járkov y Sumi, donde busca, crear una franja de seguridad. Igual que Israel considera Irán una amenaza, Rusia quiere que se reconozca Ucrania como un riesgo por su seguridad nacional. El secretario de Defensa de los EEUU, Pete Hegseth, anunció que reducirán la ayuda militar a Ucrania para priorizar al ejército norteamericano. Además, Zelenski ha denunciado que Washington ha desviado hacia el Oriente Medio los 20.000 misiles prometidos a Kyiv.

Finalmente, el conflicto en el Oriente Medio también ha ayudado a Rusia económicamente, ya que ha contribuido a subir el precio del petróleo Brent, beneficiando las finanzas del Kremlin a pesar de las amenazas europeas de reducir el tope de precios del crudo ruso.