El presidente de Haití, Jovenel Moise, ha muerto asesinado en un ataque a su residencia privada durante la madrugada del miércoles. Su mujer, que también estaba en casa, ha resultado gravemente herida. 

El ataque se ha producido hacia la una de la madrugada (las 7.00 h en Catalunya), cuando un grupo de individuos "no identificados", entre ellos "varios que hablaban español", han asaltado la casa del presidente, según ha informado el comunicado recogido por medios como Juno7 y Gazette Haití.

El primer ministro interino ya ha condenado este ataque hostil y lo ha calificado de "odioso, inhumano y bárbaro", y ha hecho un llamamiento a la población a la calma. "La situación del país está bajo control de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas", ha asegurado al primer ministro interino.

Situación de crisis extrema

El asesinato del presidente Moise lleva al país a una situación de crisis extrema. Se lo considera como el país más pobre de América y el pasado febrero, el mismo presidente, ahora asesinado, denunció un intento de golpe de estado por parte de "las fuerzas de la calle", además de un "intento de asesinato" al presidente, que acabó con la detención de un juez de la Corte Suprema.

Durante los últimos meses ha habido protestas violentas ante la negativa de Moise de dejar el cargo. Los manifestantes argumentaban que ya se le había caducado su mandato, mientras que él tenía la intención de continuar hasta febrero del 2022. Moise ya había disuelto el Parlamento y gobernaba a través de decretos.

Convulsas elecciones en 2017

El origen del grave conflicto político que vive Haití radica en las convulsas elecciones del 2017. Moise fue proclamado ganador de los comicios, pero la oposición denunció un "fraude masivo", después de que un huracán destruyera gran parte del país. Moïse fue escogido solo con 600.000 votos en su espalda en un país de 11 millones de habitantes. Además, la ONU lleva denunciando la violencia en este país desde hace años, que hace que los cascos azules no puedan trabajar con normalidad.

El principal apoyo del hasta ahora presidente venía del exterior. El entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su predecesor, Joe Biden, le habían dado todo su apoyo. También lo hicieron el Core Group, que es un grupo de países entre los que están Estados Unidos, Canadá, Francia, el Estado español o Alemania.

Sin embargo, el Core Group se sumó a las Naciones Unidas y a la Organización de Estados Americanos a la hora de criticar el giro autoritario de los últimos decretos del presidente de Haití, que sirvieron para crear una agencia de Inteligencia y tipificar los actos de vandalismo como terrorismo. La situación es gravísima en un país que desde 1986 hasta la actualidad han pasado por el cargo de presidente hasta 20 personas diferentes que van de generalas a ministros en funciones.

 

Imagen principal: El presidente de Haití, asesinado a tiros en su domicilio / Efe