Patrullas de soldados podrían empezar a rondar por las calles de Bruselas a partir del año que viene. Así lo ha anunciado el gobierno belga en un intento de combatir la violencia ligada al narcotráfico, según el ministro de Defensa de Bélgica, el conservador Theo Francken. El ministro señala que el nuevo Código Penal entrará en vigor a partir del 8 de abril de 2026, tal como explicó en una entrevista al diario flamenco Het Laatste Nieuws. La medida todavía no es definitiva y este código todavía se tiene que debatir con el Gobierno de coalición del nacionalista flamenco Bart De Wever, y posteriormente en el Parlamento. Sin embargo, Francken está convencido de que saldrá adelante y se trata de una medida que, según él, se tendría que poner en marcha cuanto antes mejor.

La idea de destinar cuerpos militares a patrullar las calles de la capital surgió la semana pasada, cuando el ministro de Interior belga, Bernard Quintin, presentó su "Plan para las grandes ciudades" en qué sugirió enviar patrullas mixtas de policías y soldados en "zonas sensibles" para combatir la delincuencia relacionada con la droga, tanto en la capital como en otros lugares del país. Quintin defiende que la función del ejército es salvaguardar el territorio y que esta misión no se limita en las fronteras o en los escenarios internacionales: "La batalla contra las mafias de la droga también es una cuestión de integridad territorial", declaró anteriormente en una entrevista concedida al diario De Standaard.

Aumento de la criminalidad y los tiroteos

El contexto que explica este plan es la oleada de tiroteos registrada a la capital belga. Bruselas ha visto los últimos años un aumento en el número de incidentes armados. En el 2024, la Fiscalía de Bruselas registró un total de 89 tiroteos e incidentes con tiros, así como nueve muertos (según cifras de la Policía federal), mientras que en el 2023 hubo 62 casos de este tipo delante de 56 en el 2022. El mismo Quintin, originario de Bruselas, describió la situación como "catastrófica" en una entrevista anterior.

Por este motivo, Francken quiere dar a los soldados más poderes por poder intervenir mientras estén patrullando las calles, ha explicado al diario. "Necesitamos un marco legal que permita registrar a las personas, pedirlos identificación o, si hay que esposarlas. Eso es esencial. Eso no se permitió después de los atentados terroristas. Y no lo volveremos a hacer", ha dicho. El plan no se limita a la capital, sino que está enmarcado en una estrategia nacional que contempla también la expansión de la videovigilancia y otras medidas de seguridad en ciudades como Amberes, Gante, Lieja, Charleroi y Mons.