Vladímir Putin hará setenta años este 2022. A su edad, y teniendo en cuenta el tiempo que lleva al frente de Rusia y la actual situación al país, no es nada sorprendente que se cuestione su estado de salud. Ciertamente, en los últimos años el líder ruso y las personas que lo rodean han desmentido por activa y por pasiva que Putin sufra ningún mal físico o mental relacionado con hacerse grande. "Él está más vivo que los vivos", afirmó recientemente a su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko. A la vez, decenas de fotografías donde aparece el líder montando a caballo en Siberia, esquiando, jugando a hockey o practicando artes marciales, se han difundido a lo largo de los años por su gobierno. Así y todo, el control que el Kremlin mantiene sobre los medios y la información no es suficiente para detener las especulaciones sobre la manera como camina o como tiene de inflada la cara últimamente. El colectivo opositor ruso Proekt, avalado por medios como The New York Times, es un proyecto de periodismo de investigación que ha revelado, entre otras cosas, "la riqueza de la familia secreta de Vladímir Putin", "operaciones encubiertas de mercenarios rusos en el extranjero" y "la verdadera escala de la epidemia de covid-19 en Rusia". En su último descubrimiento, los periodistas habrían tenido acceso a los registros médicos del presidente y habrían extraído varias patologías hasta ahora escondidas de la población.

La caída del caballo

Los jefes de Estado rusos, aunque históricamente no hayan disfrutado del mejor estado físico, suelen hacer esfuerzos por proyectar una imagen de fortaleza. Después del liderazgo del predecesor de Putin, el adicto Borís Ieltsin, este factor se volvió todavía más importante. Los investigadores de Proekt creen firmemente que la salud de Putin ha sufrido una bajada desde la pandemia de covid, momento a partir de la cual ha dejado de recibir visitas en persona y lo ha empezado a hacer todo telemáticamente, o después de un estricto aislamiento. El año pasado, recuerdan en la investigación, el presidente ruso admitió por primera vez que sufría de mal de espalda después de caer de un caballo. Las fuentes de los opositores aseguran que la afición del presidente por la equitación le ha causado varias caídas de caballo. Estas lesiones le habrían pasado factura y harían que el presidente cojee.

¿Cáncer de tiroides?

Quizás el detalle más interesante de la investigación es el registro de visitas de Putin con un médico cirujano especialista en la glándula tiroidea. En los documentos que ilustran el artículo, vemos cómo el presidente ruso necesitó asistencia médica muy frecuentemente a partir de la segunda mitad de la década del 2010. Las decenas de visitas de los "otorrinolaringólogos Shcheglov e Igor Esakov, así como el cirujano Yevgeny Selivanov" a menudo coincidían con los periodos donde el jefe de Estado se encontró "desaparecido" de la vida pública. Selivanov es un cirujano, al menos hasta hace poco, especializado en oncología. El tema de su tesis es 'Peculiaridades del diagnóstico y tratamiento quirúrgico de pacientes ancianos y seniles con cáncer de tiroides', señala la investigación. Shcheglov incluso acompaña al presidente en algunos acontecimientos y aparece en las fotografías con él. Por otra parte, los investigadores señalan el hecho de que Putin ha mostrado interés por el cáncer de tiroides y su tratamiento.