Barack Obama ha reaparecido para plantar cara a Donald Trump por la muerte de Charlie Kirk. En un evento en Erie (Pensilvania), el expresidente ha asegurado que "Estados Unidos está en un punto de inflexión" después del asesinato del activista ultraderechista, y ha acusado al actual mandatario de dividir todavía más el país en lugar de trabajar para unir a las personas. "No valen peros. La premisa central de nuestro sistema democrático es que tenemos que ser capaces de estar en desacuerdo y tener a veces debates realmente contenciosos sin recurrir a la violencia. (...) Y cuando los pasa a algunos, incluso si piensas que están, entre comillas, en el otro lado del argumento, eso es una amenaza para todo el mundo. (...) Tenemos que ser claros y directos a condenarlos", ha expresado.
En su postpresidencia, Obama ha tenido a menudo un perfil bajo. Pero ahora sí que se ha atrevido a abordar la retórica de Trump después del asesinato de Kirk, además de otras acciones administrativas. El expresidente ha hablado de su liderazgo después de la masacre de 2015 en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur), en la cual fueron asesinados nueve feligreses negros; y de las acciones de George W. Bush después de los ataques del 11 de septiembre. Así, ha dicho que el papel de un presidente en una crisis "es el de acordarnos constantemente de los lazos que nos unen", mientras que Trump y sus asesores se han de dedicado a tildar de "animales" y "enemigos" a sus oponentes políticos después de la muerte del activista ultra. Y eso, según Obama, "habla de un problema más amplio". Todo, mientras que el trumpismo ha conseguido fulminar a Jimmy Kimmel y ha declarado el movimiento Antifa como organización terrorista.
La Casa Blanca se revuelve contra Obama
El expresidente escribió a Twitter que él y su esposa, Michelle, estaban rezando por la familia de Kirk, poco después de conocerse su muerte. "Este tipo de violencia despreciable no tiene lugar a nuestra democracia", añadió. También tildó la violencia política de "anatema para lo que significa ser un país democrático", y mencionó los asesinatos a tiros de la demócrata de Minnesota Melissa Hortman y su marido en junio. Ahora, Obama ha aplaudido los llamamientos del gobernador de Utah, el republicano Spencer Cox, a la civilidad en la respuesta pública a la muerte de Kirk. Si bien ha reconocido que él y el gobernador "discrepan en un montón de cosas", también ha admitido que el mensaje de Cox muestra "que es posible que estemos en desacuerdo mientras respetamos un código básico de cómo tenemos que participar en el debate público".
Por su parte, la Casa Blanca ha respondido a los comentarios de Obama y lo ha culpado de la violencia en el país: "El arquitecto de la división política moderna en los Estados Unidos". "Obama ha aprovechado cada oportunidad para sembrar división y enfrentar a los estadounidenses entre ellos, y después de su presidencia, ha más estadounidenses que han oído que Obama dividió el país que no que han oído que lo unió", ha indicado la portavoz Abigail Jackson.