Esta semana ha habido más tensiones entre Rusia y Bielorrusia, aunque desde Moscú aseguran que no atraviesan una etapa de desencuentros. Así lo declaró este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que comentó en una entrevista ofrecida la víspera por el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, en la que criticó a Rusia por los precios del gas y amenazó con buscar suministros alternativos. "Honestamente hablando, las conversaciones sostenidas (entre los líderes de ambos países) hace un mes en Sochi y las recientes conversaciones de San Petersburgo dan fe, desde nuestro punto de vista, de lo contrario", alegó.
Peskov recordó que durante las citadas reuniones de alto nivel, "se debatieron temas muy detallados" y calificó de "titánico" el trabajo de ambos gobiernos encaminado a la integración. "Quedan temas sin resolver, pero esto no significa que estemos atravesando una situación de crisis", declaró.
Según el portavoz del Kremlin, los dos países continuarán celebrando reuniones, y está claro que "el nivel de integración ya es tal y los países están tan estrechamente vinculados, que determinadas asperezas son naturalmente inevitables". "Existen y existirán, pero no afectan a la atmósfera general", comentó.
Respecto a la amenaza de Lukashenko de comprar hidrocarburos a terceros países, Peskov indicó que Minsk tiene todo el derecho a esa opción. "Si existen otras variantes más ventajosas para Bielorrusia, este país es libre de recurrir a cualquier variante que le resulte mejor que la que le ofrece Rusia", dijo.
"En este caso no queremos parecernos a un país conocido que impone a los compradores por la fuerza sus mercancías a precios mucho más caros que los existentes en el mercado", afirmó, en alusión a las sanciones impuestas por EE.UU. al gasoducto Nord Stream 2, hecho que Rusia calificó de "competencia desleal" por parte de Washington.
Deber moral de ayudar a Bielorrusia
Según afirmó Lukashenko este martes a la emisora Ejo Moskvi (Eco de Moscú), Rusia heredó de la extinta Unión Soviética la responsabilidad por los daños causados a su país por el accidente nuclear de Chernóbil, el mayor de este tipo de la historia, por lo que tiene el deber moral de ayudar a Bielorrusia con un gas más barato.
Además, criticó a Moscú por vender el gas en dólares y no en rublos y advirtió de que reduciría a un tercio el flujo del petróleo que Rusia exporta a Europa a través del oleoducto Druzhba.
En la actualidad, Minsk recibe el gas ruso por 127 dólares por mil metros cúbicos. A la vez, aún continúan las conversaciones para fijar la tarifa del gas para 2020.