Tres semanas después de despedir a la jefa de estadísticas laborales porque no le gustaban los datos de empleo que había hecho públicos, Donald Trump ha fulminado a otro al cargo del país. En esta ocasión ha sido Keffrey Kruse, quien dirigía la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). La decisión se ha producido después de que este publicara un controvertido informe, filtrado en la prensa, que evaluaba que los ataques aéreos norteamericanos de junio sobre Irán no destruyeron completamente el programa nuclear iraní, contradiciendo completamente las declaraciones de la Administración Trump sobre una destrucción completa de los sitios nucleares.

Según ha informado el Pentágono a los medios locales, el encargado de despedirlo ha sido el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth, quien también ha fulminado a dos otros comandantes militares de alto rango: los vicealmirantes Nancy Lacore, jefa de la Reserva de Marina, y Milton Sands, supervisor del Mando Especial de Guerra Naval. A pesar de eso, el departamento de defensa no ha ofrecido ninguna explicación inmediata sobre los despidos, simplemente, en un breve comunicado a los medios norteamericanos, han confirmado que Kruse “ya no ejerce el cargo de director”, y han anunciado que Christine Bordine, quien era su adjunta, asumirá el cargo de manera provisional. Fuentes anónimas del congreso estadounidense aseguran que el despido se debe a una “pérdida de confianza” de su capacidad para liderar la agencia.

Una evaluación “completamente errónea”

En junio, Donald Trump, rechazó con contundencia un informe de la DIA filtrado por los medios que revelaba que los ataques contra Irán solo habían retrasado durante meses el programa nuclear, ya que el mandatario republicano había señalado antes que las instalaciones nucleares de Irán estaban “completamente destruidas” y había acusado a los medios de comunicación de “un intento de despreciar uno de los ataques militares más exitosos de la historia”. La Casa Blanca declaró que la evaluación de la agencia era “completamente errónea”. En aquel momento, hablando en la cumbre de la OTAN, Hegseth había dicho que el informe se hizo con “poca información de inteligencia” y que el FBI estaba investigando la filtración.