Un día después de las celebraciones del Diwali, la capital de la India, Nueva Delhi, se ha despertado sumergida en una espesa capa de contaminación. Casi 20 millones de personas han inhalado el aire más contaminado de cualquier ciudad importante del mundo. Según datos de la empresa suiza de control de calidad del aire IQAir, los niveles de PM 2.5 –unas partículas microscópicas especialmente nocivas para la salud– superaban 40 veces el límite anual recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque Nueva Delhi ya sufre altos niveles de contaminación durante todo el año, los meses de invierno suelen ser los más críticos. Este empeoramiento se atribuye, en parte, a la quema de rastrojos por parte de millones de agricultores en los estados vecinos, una práctica agrícola que libera grandes cantidades de humo y partículas contaminantes.
El Índice de Calidad del Aire (AQI) alrededor de la Puerta de la India alcanzó los 362 esta mañana, entrando en la categoría de 'Muy Mala', según el Consejo Central de Control de la Contaminación (CPCB). Las autoridades instan a los residentes a limitar las actividades al aire libre. #DelhiAirPollution #AQI #IndiaGate #CPCB pic.twitter.com/UF36CTzhh2
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Este año, el empeoramiento de la calidad del aire ha coincidido con el Diwali, la fiesta de las luces, celebrada con la quema masiva de petardos y fuegos artificiales. Aunque desde 2020 se ha prohibido la fabricación, venta y uso de petardos en la ciudad por motivos de salud pública, la norma ha tenido poca efectividad. El Tribunal Supremo ha autorizado este año el uso limitado de petardos “verdes”, que teóricamente contaminan menos, pero muchos residentes denuncian que se utilizaron petardos convencionales y que los horarios permitidos no se respetaron.
Una situación insostenible
Anushka Singh, una diseñadora gráfica de 30 años, destaca cómo cada año pasa la noche del Diwali encerrada en casa con su perro para protegerlo del ruido. “Al día siguiente no puedo ni salir a la calle sin que me piquen los ojos y me rasque la garganta. Vivimos en una ciudad irrespirable”, lamenta. Como ella, muchos habitantes se sienten abandonados por las autoridades, que no han conseguido frenar una crisis de salud pública que se repite cíclicamente. Otros, como Chandra Tandon, propietario de una tienda, reconocen que, aunque los petardos forman parte de la fiesta, la situación es insostenible. “Una vez pasa la diversión, queda el humo, y eso afecta a todo el mundo. Al menos los adultos deberíamos dar ejemplo”, afirma.
Contaminación en India En India, la contaminación causa la muerte de 5700 ciudadanos cada día, según el informe State of Global Air#pollution #pollutioninIndia #ndtvmarathi pic.twitter.com/3f19gSh3oc
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A pesar de los intentos del gobierno –como la instalación de torres antiesmog, restricciones de tráfico alternativo o la aspersión de agua en las calles–, los expertos denuncian la falta de coordinación y de medidas realmente efectivas. Mientras el país intenta impulsar su economía y cubrir las necesidades energéticas de una población de más de 1.400 millones de personas, la calidad del aire sigue empeorando.
Además de Nueva Delhi, otras grandes ciudades indias como Kolkata y Bombay también figuran entre las más contaminadas del mundo. Esta situación pone de manifiesto la urgencia de un cambio estructural, no solo en la regulación ambiental sino también en la concienciación ciudadana. Si no se actúa con firmeza, los residentes de Delhi –y de otras megaciudades indias– continuarán respirando un aire tóxico, año tras año, día tras día.