La Interpol ha dado un zasca en toda regla a la Policía española a través de Twitter, después de que ésta ha detenido hoy en Madrid a William Browder, un inversor británico muy crítico con Vladimir Putin, atribuyéndolo a una verificación de la agencia policial internacional. La detención de Browder ha sido rocambolesca, y ha sido puesto en libertad en pocos minutos.
El malestar de la Interpol con la Policía española ha trascendido a la red. Todo ha empezado cuando ésta se ha escudado en la Interpol. "Bill Browder ha estado esta mañana bajo custodia policial durante el mínimo tiempo necesario, después de que ha sido verificado por Interpol Espanya que la orden de detención dictada por las autoridades rusas por evasión fiscal no era válida", ha indicado.
Bill Browder has remained in police custody this morning for the minimum necessary time, after being verified by INTERPOL Spain that the arrest warrant issued by the Russian authorities for tax evasion was invalid.
— Policía Nacional (@policia) 30 de mayo de 2018
La Interpol se ha molestado por este tuit que la implicaba en la detención, y no ha dudado en desmentir a la Policía española en público. "No existe y nunca ha existido ninguna notificación roja para Bill Browder. No se busca al señor Browder a través de Interpol", ha soltado.
There is not, and never has been, a Red Notice for Bill Browder. Mr Browder is not wanted via INTERPOL channels. https://t.co/8zI3IepOMh
— INTERPOL (@INTERPOL_HQ) 30 de mayo de 2018
La Policía Nacional española ha detenido (y liberado) este miércoles en Madrid William Browder siguiendo una orden internacional de arresto emitida desde Rusia que la misma Interpol había rechazado en 2013 y, de nuevo, el pasado octubre, advirtiendo a los estados miembros que ignoraran el intento de Moscú de perseguir al inversor a través de la organización policial internacional.
Pero la policía española ha preferido cumplir mecánicamente las formalidades del orden de arresto, sin comprobar los antecedentes del caso ni verificar sus archivos. Además, ha ignorado o desconocía que Browder está en Madrid para presentar pruebas al fiscal español que se ocupa de la mafia rusa, José Grinda, sobre la "gran cantidad de dinero del caso Magnitsky que fluyó en España". "Ahora que estoy en libertad, mi misión continúa", ha aclarado al británico en un tuit.
Un portavoz de la Policía Nacional ha dicho que Browder había sido detenido por error y que se dieron cuenta de que la orden internacional ya no era válida una vez lo habían detenido y lo tenían en comisaría.
El mismo Browder ha avanzado a su cuenta de Twitter la detención. "La policía española en Madrid me acaba de detener por una orden de arresto de Interpol procedente de Rusia", ha escrito. En otro tuit añade una fotografía del momento en que era trasladado en un coche policial.
In the back of the Spanish police car going to the station on the Russian arrest warrant. They won't tell me which station pic.twitter.com/Xwj27xC7Zd
— Bill Browder (@Billbrowder) 30 de mayo de 2018
Sin embargo, dos horas después han liberado Browder, según ha informado él mismo vía Twitter. "La Policía Nacional de España nada más me ha liberado después de que el Secretario General de la Interpol de Lyon les aconsejó que no cumplieran con la última Notificación Encarnada de la Interpol rusa", dice al tuit. "Esta está la sexta vez que Rusia abusa de Interpol en mi caso", prosigue.
Good news. Spanish National Police just released me after Interpol General Secretary in Lyon advised them not to honor the new Russian Interpol Red Notice. This is the 6th time that Russia has abused Interpol in my case pic.twitter.com/ZonzXizvIJ
— Bill Browder (@Billbrowder) 30 de mayo de 2018
Quejas en Rajoy
El caso ha preocupado Gran Bretaña, donde un ex espía ruso y su hija, Sergei y Yulia Skripal, fueron atacados por un agente nervioso en Salisbury, en el sur de Inglaterra, en marzo. El gobierno británico piensa que el Kremlin está detrás del ataque. El ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, ha hablado con Browder este mismo miércoles. En un tuit, ha enviado un mensaje a su homólogo ruso: "Moscú tendría que concentrarse en llevar ante la justicia a los responsables del asesinato de Magnitsky".
Just spoken to Bill Browder – very glad that he has now been released. Moscow should concentrate on bringing those responsible for the murder of #Magnitsky to justice
— Boris Johnson (@BorisJohnson) 30 de mayo de 2018
Guy Verhofstadt, presidente del grupo parlamentario ALDE del Parlamento Europeo, que reúne a partidos liberales, se ha quejado este miércoles en un tuit dirigido al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. "[Es] Preocupando que la Rusia autocrática pueda conseguir que la España democrática persiga a alguien que lucha por exponer los crímenes de Putin y los responsables del asesinato de #Magnistky. Los derechos de Bill Browder tienen" que ser protegidos. En un tuit posterior, retuitea el de Browder alegrándose de que lo hayan liberado.
Worrying that autocratic Russia can get democratic Spain to go after someone fighting to expose Putin's crimes & those responsible for #Magnitsky's murder. @BillBrowder's rights must be protected @marianorajoy https://t.co/HEM56UWpbR
— Guy Verhofstadt (@guyverhofstadt) 30 de mayo de 2018
Browder y su fondo, Hermitage Capital Management, llegaron a ser los mayores inversores extranjeros en Rusia a finales de la década pasada. Desde el 2009 encabeza una campaña para exponer la corrupción de la administración Putin, a quien culpa de la muerte de Sergei Magnitsky, un abogado empleado suyo. Magnitsky fue encarcelado por acusaciones tenidas por falsas y se considera que murió después de ser torturado. En la fotografía se ve Browder en una acción ante el consulado de Rusia a Toronto, en Canadá, en 2016.
Browder movió cielo y tierra hasta que el Congreso de los EE.UU. aprobó la "Ley Magnitsky", que impone sanciones concretas (congelación de fondo, prohibición de viajar, etcétera), a varios personajes poderosos del entorno de Putin, que tiene la ley y a su promotor entre ceja y ceja. El empresario e inversor fue condenado en 2013 por un tribunal ruso a nueve años de prisión por fraude y evasión de impuestos. Interpol se negó a ordenar su arresto desde el primer momento al considerarla una pena "de naturaleza predominantemente política".
El asunto Magnitsky ha vuelto a las primeras páginas a raíz de la investigación especial que se sigue contra la campaña de Donald Trump, para saber si el ahora presidente de los EE.UU. conocía los trasiegos de Rusia para ayudarlo a ganar las elecciones o había pactado. Uno de los hilos del caso es la reunión del hijo y del yerno de Trump con una abogada rusa que, justamente, había dirigido una campaña contra la "Ley Magnitsky".