Una marcha por|para la independencia de Escocia ha recorrido este sábado las calles de Edimburgo. La marcha ha sido promovida por el primer ministro escocés, Humza Yousaf, bajo el lema Believe in Scotland. La protesta también se ha promovido desde el gobierno asegurando que la independencia es una de las vías que permita a los escoceses corregir el Brexit. La voluntad del movimiento independentista mayoritario es obtener la independencia, pero integrarse en la Unión Europea, hecho que permanecer en el Reino Unido no los lo permite.

 

 

El apoyo a la independencia en Escocia

Un 56% de los escoceses votarían a favor de la independencia. Eso es lo que reveló una encuesta publicada hace ocho meses, que indicaba que la mayoría de los que irían a votar en un referéndum de autodeterminación se decantarían por la opción del 'sí'. El dato más relevante del estudio, sin embargo, es el hecho de que el apoyo a la independencia había subido seis puntos con respecto al barómetro del mes de mayo del 2022. Varios factores han podido contribuir al auge del independentismo en el transcurso de este tiempo.

Por una parte, el Reino Unido ha tenido 3 primeros ministros diferentes después de la derrota en el Partido Conservador y la grave crisis económica que asedia el país, hecho que hace aumentar la desconfianza de los escoceses con Londres. Por otra parte, el Tribunal Supremo decidió bloquear la convocatoria de un segundo referéndum de autodeterminación sin el aval de Westminster, hecho que hace pensar a los ciudadanos que la pertenencia a la Unión no es tan voluntaria como hasta ahora se creía y dificulta las posibilidades de independizarse por la vía 'legal'.

"Escocia tendría que ser un país independiente"?. Según los datos de Ipsos Mori, de las personas que dicen que irían a votar (es decir, sin contar los indecisos) si se hiciera un referéndum, un 56% lo haría a favor de la independencia de Escocia y un 44%, en contra. Eso supone un aumento del 6% a favor de la autodeterminación con respecto al mes de mayo del 2022, cuando los dos lados estaban divididas más equitativamente. Sin embargo, parece que el movimiento independentista no se pone de acuerdo sobre como y cuando se tiene que celebrar el segundo referéndum y, por lo tanto, la mejor estrategia para conseguirlo. El veto del Supremo también habría repercutido en el número de personas que ven necesario convocar una nueva consulta. Y es que el número de escoceses que no quieren volver a votar baja cinco puntos con respecto a mayo, hasta el 26%.