Los propagandistas de la televisión rusa empiezan a cuestionarse abiertamente las motivaciones reales del presidente Vladímir Putin para ir a la guerra en Ucrania. En un programa emitido recientemente en el canal estatal, los periodistas, analistas y expertos vuelven a lamentar las dificultades del ejército ruso en el país vecino, en especial la derrota en la región de Jersón. Después de oír el testimonio nada optimista de su corresponsal en esta zona y preparar a los telespectadores para perder todavía más territorio en Ucrania, la presentadora se desmarca de la línea pro Kremlin y cuestiona el funcionamiento del ejército y los malos cálculos de Moscú antes de ir a la guerra: ¿"Por qué no nos preparamos para estos posibles escenarios cuando empezamos las acciones militares? ¿Esta es la principal pregunta en el aire [...] Claro está que la OTAN está determinada, pero por qué nos ha sorprendido eso? Por qué pensamos que Zelenski huiría y la OTAN no lo ayudaría"?.

El ejército ruso no tiene suministro en Jersón

Casi todos los analistas y expertos en conflictos armados del mundo occidental coinciden en que Rusia no supo calcular bien las capacidades de los ucranianos y todos los posibles escenarios antes de emprender una guerra. La prueba irrefutable de eso, según muchos de estos, es que Putin esperaba hacer caer Kyiv en tres días, y finalmente tuvo que retirarse. Unos malos cálculos y subestimación del enemigo que desencadenaron en graves problemas logísticos y mentiras a todos los niveles del ejército, en una bola que se va haciendo cada vez mayor. Hoy por hoy, parece que incluso los propagandistas de la televisión estatal han asumido una parte de lo que se explica en occidente. En su análisis de la situación en el Jersón, el corresponsal detalla, ante los otros comentaristas visiblemente afectados, que la situación "es muy complicada", porque el ejército ucraniano ha conseguido durante meses interrumpir con éxito las cadenas de suministro a las tropas rusas, una dificultad recurrente para los invasores. En este sentido, el corresponsal de guerra reconoce que "las logísticas a la izquierda del río Dnipro son muy complicadas", y que la falta de vías para atravesarlo de manera segura los deja sin material.

Críticas en los cálculos de Putin

Esta inseguridad logística, asegura al periodista, "pone dificultades a las tropas rusas, especialmente al otro lado de la línea del frente, donde nos estamos encontrando con bastantes bastante sustanciales", admite, mientras en el estudio de televisión todo son caras largas y miradas incómodas. En algunos de estos puntos más calientes, matiza al corresponsal, "el enemigo supera en número nuestras fuerzas 4 en 1". También añade que los soldados ucranianos han recibido entrenamiento por parte de los aliados de la OTAN, y lista el armamento bélico de última generación que les han prestado para defenderse de Rusia. "Nadie aquí habla de abandonar Jersón", asegura, pero después admite "no quiero hacer ilusiones a nadie, pero [...] no habrá ninguna buena noticia en los próximos dos meses". "Es probable que en estos dos meses se produzcan graves pérdidas territoriales, pero la derrota en una batalla no significa perder la guerra", concluye.

Después de estas declaraciones, los comentaristas tratan de minimizar la realidad, y culpan al bando ucraniano y la ayuda internacional que reciben. Ante estas excusas, la presentadora parece perder un poco la paciencia, y pone en cuestión la motivación para ir a la guerra sin los medios necesarios, con reflexiones casi existencialistas: ¿"Por qué no nos preparamos para estos posibles escenarios cuando empezamos las acciones militares"?, critica. ¿"Claro está que la OTAN está determinada, pero por qué nos ha sorprendido eso? ¿Por qué pensamos que Zelenski huiría y la OTAN no lo ayudaría"?, se pregunta.