La Cámara de Representantes de los Estados Unidos ha aprobado este jueves la polémica "Gran y Preciosa Ley" de Donald Trump, que plantea una reforma fiscal ambiciosa y dispara el gasto de la administración norteamericana. Los republicanos afines al magnate han conseguido sacarla adelante con muchas dificultades, después de que el presidente de la cámara baja, Mike Johnson, convenciera in extremis a algunos miembros del mismo partido de que cuestionaban la iniciativa. Los 218 votos a favor se han impuesto a los 214 en contra, y han dado luz verde al proyecto más ambicioso de Trump desde que volvió al Despacho Oval el pasado 20 de enero. Ahora, será el mismo presidente quien tendrá que poner la firma final a la ley, en una gran ceremonia organizada para este viernes.
La Casa Blanca quería que esta ley fuera aprobada antes del 4 de julio, el Día de la Independencia de los Estados Unidos, pero los demócratas se lo han puesto muy difícil. Hakeem Jeffries, representante de Brooklyn en la cámara, ha hablado durante más de ocho horas seguidas para retrasar lo máximo posible la votación final que aprobaba la ley presupuestaria y fiscal de Trump. El demócrata ha comenzado su discurso temprano, a las 4:43 hora local de Washington, y ha justificado su maratón parlamentario denunciando la falta de debate real: "Como el debate ha sido tan limitado, siento la obligación, señor presidente, de levantarme en esta cámara y tomarme mi tiempo para explicar la historia de los estadounidenses, y esto es exactamente lo que pretendo hacer”, ha dicho Jeffries.
Hakeem Jeffries: “I feel the obligation Mr. Speaker to stand on this House floor and take my sweet time.”
— Aaron Parnas (@AaronParnas) July 3, 2025
He’s actively delaying final vote on the budget bill, giving Americans more time to call their representatives. pic.twitter.com/XU7eOMCMbH
El discurso del “minuto mágico” es un procedimiento que otorga a los miembros de la dirección de la Cámara de Representantes un tiempo ilimitado para hablar después de que haya concluido el debate sobre un proyecto de ley. Jeffries, como líder de la minoría en el hemiciclo, disponía de ese privilegio y lo ha exprimido hasta las 8 horas y 44 minutos, una cifra de récord. El precedente más reciente es el del republicano Kevin McCarthy, quien como líder de la minoría en la cámara en el 2021 habló durante más de ocho horas, en un momento en el que la administración de Joe Biden pretendía aprobar la Ley de inversión en infraestructuras y empleo.
Pero los demócratas no han sido los únicos que han puesto piedras en el camino para evitar que la ley saliera adelante. Trump ha tenido que hacer frente a la resistencia de varios miembros de su propio partido, en una cámara en la que los republicanos solo pueden permitirse tres deserciones. Mike Johnson ha reconocido que "se ha tenido que tener mucha paciencia y oír a todo el mundo para asegurarse de que sus preocupaciones fueran atendidas". Tanto él como Trump activaron el miércoles una ofensiva total para forzar la aprobación de la ley, con reuniones, llamadas e incluso un mensaje del presidente en Truth Social después de medianoche, donde el magnate se mostraba airado: "¿A qué esperan los republicanos? ¿Qué intentan demostrar?". Pese al rechazo inicial de algunos congresistas como Andrew Clyde, Keith Self, Victoria Spatz y Thomas Massie, finalmente solo el propio Massie y Brian Fitzpatrick han mantenido el sentido de su voto, después de que Johnson se comprometiera a mantener la votación abierta "tanto tiempo como fuera necesario" para asegurarse su aprobación.
¿Qué es la "Gran y Preciosa Ley"?
La autodenominada "Gran y Preciosa Ley" (en inglés, The One, Big, Beautiful Bill) es el proyecto estrella de Trump. Recoge la ampliación de los recortes de impuestos de su primer mandato (2017-2021), eleva el gasto en defensa y el control migratorio, y reduce los programas sociales como Medicaid (la única cobertura sanitaria pública para menores de sesenta y cinco años de los Estados Unidos) y la ayuda alimentaria para familias vulnerables. Esta iniciativa ha causado discusiones entre los propios republicanos: mientras algunos se oponían a los programas fiscales, otros alertaban del impacto fiscal, que sumaría 2,4 billones de dólares a la deuda pública, según la Oficina Presupuestaria del Congreso. Precisamente, esta ley fue el detonante de la ruptura con el "empleado especial del gobierno", Elon Musk.