Preservar una lengua minorizada en un país donde el inglés es la lengua oficial es difícil. Pero no imposible. Hoy día en el Reino Unido hay siete lenguas protegidas por la carta europea de las lenguas minoritarias que todavía cuentan con miles de hablantes. La lucha durante décadas de las diversas naciones para preservarlas ha hecho que lleguen a nuestros días, aunque el gobierno británico no siempre lo ha puesto fácil.

De hecho, ahora hace dos años el Consejo de Europa dio un toque de alerta al Reino Unido por incumplir con la carta europea que el mismo estado había ratificado en 2001. El gobierno británico no protegía todas sus lenguas, ni las promovía en las escuelas ni en los gobiernos. Sin embargo, a pesar de no tener el viento a favor, hay algunas de estas lenguas que en los últimos años no han hecho más que crecer. Como es el caso del Manx, que vuelve a tener hablantes en la isla de Man después de haberse considerado extinguida, o el caso del galés.

El caso de éxito del galés

Actualmente, la lengua galesa cuenta con 892.500 hablantes, según el último censo del gobierno de Gales. Eso supone exactamente un 30% del total de la población de la nación, y es una cifra que no ha parado de aumentar en los últimos años. "La lengua galesa es la lengua de la familia celta que es, de lejos, la más viva", explica en una entrevista con ElNacional.cat el profesor de la universidad de Aberystwyth y experto en revitalización lingüística, Ben O Ceallaigh.

O Ceallaigh destaca que hay un número creciente de alumnos adultos en cursos de galés y de estudiantes que proceden de escuelas en galés. "Al mismo tiempo, sin embargo, hay un gran debilitamiento de la lengua en sus comunidades", señala como uno de los grandes retos actuales. El profesor considera que para garantizar la revitalización de una lengua hace falta que vaya más allá de las escuelas: "Es mucho más efectivo que los niños crezcan hablando el galés como lengua normal de su barrio. Para mantener el uso social de la lengua es clave mantener la densidad social de los hablantes".

Los 60 años de lucha del Cymdeithas han conseguido que Gales invierta en su lengua como en ningún otro país celta

Eso se hace difícil en algunas poblaciones, sin embargo, donde más del 80% de las viviendas están turísticos, principalmente como segundas residencias de ciudadanos británicos. Eso ha provocado la desmembración de las comunidades de habla galesa y dificulta que la lengua persista en el día a día. Por eso, este sábado la histórica Asociación para la Lengua Gal·lesa Cymdeithas yr Iaith organizó una manifestación para reivindicar una ley de vivienda que proteja las comunidades galesas. "La presión funciona", aseguraban en su llamamiento para manifestarse.

Y es cierto. Los 60 años de lucha del Cymdeithas han conseguido que Gales invierta en su lengua como ningún otro país celta, señala O Ceallaigh. "Todos los derechos lingüísticos que tienen los han alcanzado gracias a la gente dispuesta a utilizar su tiempo, energía y aceptar un gran coste personal, como ser arrestados o enviados a la prisión," explica. Una situación bien diferente de Irlanda, por ejemplo, donde "las cosas van peor a causa del brutal colonialismo británico que destruyó la situación en un grado que no pasó en Gales".

"Una gran multitud asistió a la manifestación "Gales no está en venta", diputado Mabon sp Gwynfor.

El Irlandés, sin protección

La situación a Irlanda del Norte, donde se habla el irlandés y en menos medida el escocés del Ulster, fue uno de los puntos destacados del toque de atención del Consejo de Europa. "El uso público y la promoción del irlandés está altamente politizado. Algunas autoridades han tomado políticas de lengua única y excluyen el uso del irlandés", defiende el texto del Consejo de Europa.

"Todas las naciones pequeñas luchan contra los vecinos dominantes. Y eso es cierto tanto si se trata de Irlanda como de Catalunya", Christy Evans

Christy Evans, fundador de la escuela de irlandés en Anglaterra Coláiste na nGael, explica en una entrevista con ElNacional.cat que, a pesar de las décadas de promesas para proteger la lengua, no se ha sacado adelante ninguna ley que proteja oficialmente el irlandés como sí que es el caso del galés o el escocés. "Hace años, Margaret Thatcher dijo que Belfast era tan británico como Finchley, que está en el noroeste de Londres. Esta es la actitud todavía hoy, dicen: 'No necesitáis una lengua irlandesa porque esta es la lengua de la República de Irlanda. Irlanda del Norte es británica y, en Gran Bretaña, el inglés es la lengua'".

Desde Inglaterra, Evans trabaja para enseñar irlandés a las nuevas generaciones que han nacido fuera de Irlanda y denuncia la inacción de los gobiernos británicos y la mentalidad estatal que se niega a promover la lengua. "Todas las naciones pequeñas luchan contra los vecinos dominantes. Y eso es cierto tanto si se trata de Irlanda como de Catalunya o de cualquier sitio", dice.

"Tenemos un gobierno hostil con la lengua en Londres y en Belfast", asegura Evans. "No les interesa hacer nada que pueda socavar el Reino Unido. Escocia está medio fuera, está en proceso marcharse, Irlanda del Norte se tiene que mantener con la fuerza de las armas. El Reino Unido está viviendo una especie de ruptura lenta y cualquier cosa que creen que puede ir en contra Inglaterra o contra la lengua inglesa lo evitan".

Sin embargo, el irlandés se está recuperando modestamente tanto en la República como en el Norte, y ha dejado de ser una lengua rural para pasar a tener más presencia en grandes ciudades como Dublín, donde se calcula que 30.000 personas lo hablan - poco más de un 2%. Por su parte, en Escocia, donde viven 5,5 millones de personas, más de 1,5 millones de personas hablan escocés y en torno a 57.000 hablan escocés Gaélico.

El Manx revive

Otra de las victorias mayores de las lenguas minoritarias en el Reino Unido es el caso del Manx Gaélico. Esta lengua, originaria de la isla de Man, se consideró extinguida a la década de los setenta, pero ha vuelto a renacer. Tal como destaca el mismo Consejo de Europa, es un caso extraño y único en el viejo continente. Actualmente, tiene un fuerte apoyo político y público entre los habitantes de la isla, y la promoción de su enseñanza en las escuelas ha hecho que las nuevas generaciones crezcan con esta lengua como propia al lado del inglés.

Un caso similar es el del córnico, la lengua céltica originaria de Cornualles. Desapareció casi completamente en el siglo XIX, pero hoy día es una lengua que crece y que está protegida por la carta de lenguas minoritarias de Europa.

¿Qué futuro los espera en estas lenguas?

Todas las lenguas minoritarias del Reino Unido tienen un objetivo en común: pasar de generación en generación y evitar que la convivencia con una lengua tan hablada como el inglés las acabe haciendo desaparecer. En Gales tienen el propósito de seguir luchando, protegiendo las comunidades que hablan la lengua, y llegar al millón de hablantes en el 2050,

Bien O Ceallaigh es moderadamente optimista, y cree que se conseguirá si se consiguen abordar todos los retos que vive hoy en día la sociedad galesa. "Cuando muere una lengua, es el equivalente en una biblioteca nacional que se incendie. Creo que es un desastre con respecto al alcance del conocimiento y la experiencia humana", asegura, respondiendo por qué cree que es importante luchar por preservar las lenguas minoritarias. "Las lenguas se utilizan para construir nuestra identidad, nuestro sentido de nosotros mismos," continúa. "Y sin eso, somos más pobres como individuos".