Los primeros sondeos a pie de urna en Países Bajos apuntan a una ajustada victoria de los progresistas sobre la ultraderecha en las elecciones legislativas celebradas este miércoles. El Partido de la Libertad (PVV), encabezado por el populista Geert Wilders, habría perdido el liderazgo ante el centrista D66, que según las primeras proyecciones de la televisión pública NOS obtendría 28 escaños, un salto notable respecto a los 9 que tenía en 2023. Unos 13,5 millones de ciudadanos estaban llamados a votar para definir la nueva composición del Parlamento, tras una campaña marcada por la dicotomía entre la agenda nacionalista antiinmigración de Wilders —responsable de la caída de la última coalición conservadora— y la promesa de un retorno al centro. Los primeros resultados han salido a la luz sobre las 21:00 y han mostrado una ventaja mínima de los progresistas ante la ultraderecha. Con una diferencia mínima entre bloques, el resultado final podría alargarse horas y abrirá un período de intensas negociaciones para formar gobierno.
Según los primeros sondeos, el D66 se impondría en estas elecciones gracias al empuje de su líder, Rob Jetten, que ha conectado con el electorado centrista. La encuesta a pie de urna publicada por NOS al cierre de los colegios electorales —con un margen de error de entre uno y dos escaños— otorga al D66 un total de 28 diputados en el nuevo Parlamento neerlandés, que tiene 150. El PVV de Wilders, hasta ahora la mayor formación con 37 escaños, retrocedería hasta los 25 y pasaría a ocupar la segunda posición. El Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) quedaría tercero con 23 escaños, mientras que la coalición de izquierdas GroenLinks-PvDA obtendría 20, y el partido democristiano CDA, 19.

Con un escenario político fragmentado y hasta 15 partidos con representación, las negociaciones para formar gobierno en Países Bajos se prevén largas y complejas. Según los primeros escenarios proyectados por NOS, existen varias combinaciones posibles que podrían dar lugar a una mayoría liderada por el D66. Una de las fórmulas más sólidas incluiría una alianza con GroenLinks/PvdA, VVD y CDA, que podría sumar hasta 89 diputados de los 150 totales. Otra alternativa pasaría por un pacto con el VVD, el CDA y JA21, que con nueve escaños superaría por poco la línea de 78 necesaria para gobernar. Sin embargo, los primeros cálculos apuntan a que sería posible evitar la participación de la extrema derecha en el futuro ejecutivo, aunque habrá que esperar. El proceso de formación de gobierno puede alargarse durante meses.
Wilders, principal perdedor
El giro electoral de este miércoles representa un importante golpe para Wilders, que hace solo dos años sorprendió al imponerse en las elecciones de 2023 y liderar la formación de una coalición completamente conservadora. Aquel ejecutivo, sin embargo, naufragó en junio por la negativa de sus socios a adoptar medidas draconianas contra los refugiados, lo que provocó su caída. Conocido por sus posiciones antiislámicas y por vivir bajo protección permanente por las constantes amenazas de muerte, Wilders propone medidas como la denegación sistemática de todas las solicitudes de asilo —en contra de los tratados de la Unión Europea—, el retorno de los refugiados ucranianos varones a su país de origen y la supresión de la ayuda al desarrollo para destinar más recursos a prestaciones sociales. Sin embargo, en bastiones históricos como Volendam, un pueblo pesquero cerca de Ámsterdam, todavía conserva un apoyo significativo a pesar del fracaso de su anterior gobierno para implementar una política migratoria muy restrictiva o resolver la crisis de vivienda.
Pero si las previsiones de los sondeos a pie de urna se confirman, el batacazo más contundente sería para el centrista Nuevo Contrato Social (NSC), que en las elecciones anteriores había irrumpido con fuerza con 20 escaños y que ahora desaparecería completamente del Parlamento. Esta desaparición se interpreta como un castigo directo y severo por parte del electorado, especialmente a raíz de la decisión del partido de sumarse a la coalición de gobierno impulsada por Wilders. La alianza con la extrema derecha, sumada a la percepción de que el partido renunció a sus promesas iniciales, ha generado una gran desafección entre los votantes. El colapso del gobierno, forzado por la retirada de Wilders el pasado junio por desacuerdos sobre política migratoria, precipitó estas elecciones anticipadas y ha acabado pasando factura al NSC, que parece haber quedado atrapado en las contradicciones de su estrategia de pactos.
Timmermans dimite
Por su parte, el político Frans Timmermans ha anunciado, tras conocer los primeros sondeos, su dimisión como líder del bloque progresista de ecologistas y socialdemócratas GroenLinks-PvdA. El bloque de izquierdas ha quedado en tercer lugar y ha perdido cinco escaños respecto a los que tenía hasta ahora en el Parlamento neerlandés. Timmermans ha calificado de "decepcionante" el resultado, después de que su alianza no lograra imponerse a la derecha radical de Geert Wilders (PVV) ni al partido liberal progresista de Rob Jetten.