Rusia ha respondido con desafío a las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos contra las dos principales petroleras del país, Rosneft y Lukoil. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha advertido este viernes que el tiempo demostrará si las medidas impulsadas por Washington tienen efectos reales sobre la economía rusa. “De aquí a seis meses, si Dios quiere, veremos qué ha pasado”, ha afirmado en una rueda de prensa telefónica con periodistas.
Peskov ha replicado así a las palabras del presidente estadounidense, Donald Trump, que al anunciar las sanciones había asegurado que “dentro de seis meses se verá si Rusia es realmente inmune”. El portavoz ha insistido en que Moscú “actuará según sus propios intereses”, y no como reacción a presiones externas. “No trabajamos contra nadie, sino a favor nuestro. Esta es la clave de nuestras decisiones”, ha subrayado.
Las sanciones buscan aumentar la presión sobre el Kremlin
Las sanciones, anunciadas el miércoles por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, buscan aumentar la presión sobre el Kremlin ante su falta de compromiso con un acuerdo de paz para poner fin a la guerra de Ucrania. Washington acusa a Moscú de bloquear cualquier avance en las negociaciones y de mantener su ofensiva militar a pesar de los llamamientos internacionales a una desescalada.
El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó ayer las medidas de “paso inamistoso” y minimizó su impacto. Según él, las sanciones “no tendrán efectos significativos” sobre la economía nacional y podrían incluso contribuir a aumentar el precio del petróleo en los mercados internacionales, hecho que beneficiaría parcialmente los ingresos rusos. Sin embargo, Putin reconoció que las relaciones con Estados Unidos viven un momento “complejo” y reiteró que la política de sanciones “no ayuda al diálogo ni a la confianza mutua”.
Trump, por su parte, respondió con ironía a las palabras de Putin: “Estoy encantado de que lo vea así. Ya veremos dentro de seis meses cómo le va todo”, afirmó ante los periodistas, dejando la puerta abierta a nuevas medidas si Rusia mantiene su postura intransigente sobre Ucrania.
Rusia “no toma decisiones bajo presión”
El presidente ruso también quiso remarcar que Rusia “no toma decisiones bajo presión”, y afirmó que “ninguna nación que se respete a sí misma cede ante las amenazas”. Aun así, dejó abierta la posibilidad de retomar el diálogo con Washington, siempre que se haga “en condiciones de igualdad y respeto mutuo”. “El diálogo siempre es mejor que la confrontación o, peor aún, que la guerra”, concluyó.
A las medidas norteamericanas se ha sumado la Unión Europea, que este jueves aprobó el decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania. El nuevo paquete incluye restricciones a la flota “fantasma” rusa, utilizada para esquivar las limitaciones al transporte de crudo, y adelanta un año la prohibición de importar gas natural licuado procedente de Rusia. Además, Bruselas ha ampliado la lista de sancionados a empresas de China, la India y otros países acusadas de colaborar con Moscú para evitar las sanciones internacionales.
Con este nuevo episodio, las relaciones entre Washington y Moscú vuelven a enfriarse. Mientras Trump intensifica la presión económica, el Kremlin se reafirma en su discurso de resistencia y autosuficiencia. Y, como ha dejado claro Peskov, Rusia confía en que el tiempo acabará jugando a su favor.