Primero negó la gravedad de la pandemia, se resistió al uso de la mascarilla y cayó enfermo. Ahora, vuelve a aislarse defendiendo que el sistema de salud británico así lo marca. El premier Boris Johnson se ha grabado desde su residencia en Downing Street vestido de calle y con un vídeo 'casero' publicado en twitter para dar ejemplo de su gran conciencia delante del coronavirus.

Lástima que lo tenga que hacer porque no tomó las medidas adecuadas de distancia de seguridad y uso de mascarilla cuando se reunió con Lee Anderson, diputado de Ashfield en Nottinghamshire que mostró el viernes algunos síntomas de coronavirus y el domingo recibió una prueba positiva. Una fotografía de los dos a la reunión los mostraba aparentemente a menos de dos metros de distancia, con una actitud normal en la que existía antes de la Covid.

Johnson Lee Anderson

Johnson i Anderson en una foto publicada en Facebook

"No importa que esté fuerte como un roble, que se me sienta bien o que haya tenido la enfermedad y que esté lleno de anticuerpos", defiende Johnson en twitter. "Tenemos que interrumpir la propagación de esta enfermedad y una de las maneras en que podemos hacer eso es confinándonos catorce días cuando nos contacta Test and Trace", el sistema de rastreo británico.

El mensaje empieza con un lenguaje más propio de un influencer que de un político: "Hola gente (...) No importa que todos estuviéramos alejándonos socialmente, no importa que esté en forma como un perro de un carnicero, me siento mucho bien, tanta gente lo hace en mis circunstancias. Y en realidad no importa que haya tenido la enfermedad y esté reventando de anticuerpos. Tenemos que interrumpir la propagación de la enfermedad".

¿Y la mascarilla?

La polémica no se aleja de Johnson y cuestiona su credibilidad ante la imagen previa que se vio de los políticos. Por eso, ha salido a defenderlo al secretario de salud, Matt Hancock, en declaraciones en Sky News: "Están distanciados socialmente, y lo más importante es que, como primer ministro, conocéis a la gente". Presionado por la ausencia de máscaras, Hancock finalmente dijo que no siempre se portaban en torno al número 10: "No siempre, no, porque las directrices de Covid-safe para este edificio no lo requieren en todo momento. Los diferentes puestos de trabajo tienen reglas diferentes, de acuerdo con aquello que se adecue allí".

Y todo llega en una semana importante para las negociaciones del Brexit con Europa. La idea es seguir viendo vídeos de Johnson desde Downing Street y comunicarse por Zoom con los responsables europeos: "Será capaça de hacerlo telemáticamente", ha argumentado Hancock.

En paralelo, Gran Bretaña se encuentra en pleno confinamiento, un mes que ya lleva quince días "gastados". Esta medida, que puso fin a la estrategia de restricciones locales por la cual había apostado el Gobierno conservador británico, ha supuesto el cierre obligado de los comercios y negocios no esenciales, así como de toda la hostelería, aunque escuelas y universidades continuarán abiertas. También se permite una hora al día de ejercicio y el contacto con una sola persona procedente de otra vivienda. Todo eso con la finalidad, según Jonhson, que "con estas medidas, seamos capaces de permitir que las familias puedan reunirse en las próximas vacaciones de Navidad".