El expresidente brasileño y líder de extrema derecha, Jair Bolsonaro, ha abandonado los Estados Unidos para volver a Brasil. Después de que se instalara en Orlando (Florida) el pasado mes de diciembre, Bolsonaro ha rehecho el camino hacia Brasil, aparentemente feliz y confiado, según han captado las cámaras que lo han pillado embarcando. Puede parecer ciertamente sorprendente teniendo en cuenta que el expresidente brasileño se enfrenta a varias investigaciones en diferentes instancias judiciales de su país.

Su partido, el Partido Liberal (PL), ha confirmado que el expresidente volvía a Brasil y los medios locales apuntan que es posible que Bolsonaro se dirija directamente a la sede de este. Bolsonaro volvería para coger las riendas de la oposición al nuevo presidente, Lula da Silva. Aunque Bolsonaro se ha resistido a reconocer la victoria de su rival, como ya pasado con Donald Trump. También, como con la estrategia ultra de Trump, al fin y al cabo desembocó en un intento de golpe de Estado de sus seguidores. Esta y otras acusaciones esperan al líder de extrema derecha en el Brasil.

Las cuentas pendientes de Jair Bolsonaro

Jair Bolsonaro perdió ante Lula da Silva, hecho que no reconoce, y dos días antes de acabar su mandato se marchó a los Estados Unidos, de manera que rompió la tradición de pasarle la banda presidencial al sucesor a la Presidencia. Pero más importante todavía: se marchó con investigaciones pendientes.

La investigación más chalada es, justamente, una relacionada con hechos que sucedieron cuando Bolsonaro ya estaba en los EE.UU.: la invasión de sus seguidores más radicales de las sedes de los tres poderes del Estado el 8 de enero pasado. Sin embargo, el político de extrema derecha se lava las manos. También está siendo investigado por supuestamente recibir valiosos obsequios de Arabia Saudí en su condición de mandatario y que conservó después de dejar el poder, aunque los tenía que entregar al Estado.

Su tiempo en los Estados Unidos

Durante su estancia en Orlando, Bolsonaro se ha alojado en casa de un luchador de artes marciales mixtas, José Aldo, y ha hecho una vida normal con visitas a supermercados, restaurantes y sienes, según los vídeos colgados a las redes por sus seguidores. También tuvo un encuentro multitudinario con sus seguidores, que le gritaron "quédate, quédate", en un restaurante de Orlando, participó como orador principal en un foro político conservador en Doral (Miami) y se reunió en Washington con el expresidente Trump.

Poco después de su llegada a los EE.UU. pasó por un hospital por una enfermedad abdominal derivada de las heridas que sufrió en un atentado durante la campaña electoral del 2018 que lo llevó a la Presidencia.