Miles de personas seguidores del expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que participaban este domingo en una manifestación para reclamar una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, han superado el perímetro de seguridad del Congreso del Brasil y han ocupado la sede del poder legislativo federal. El grupo, que defiende la tesis golpista, ha superado una barrera policial y ha subido la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado. Otros han ocupado el Palacio de Planalto (la sede del Ejecutivo) y la sede legislativa. 

Los ventanales de la sede del poder Judicial han quedado rotos por los manifestantes, que han ocupado los edificios de los tres poderes en el país.​ Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas del Brasil, también han atacado algunos vehículos de la Policía Legislativa, que brinda seguridad en el Congreso. Además, han destruido barreras de protección y armados con palos se han enfrentado a los agentes que han tratado de contener, sin éxito, la entrada de los manifestantes.

Los simpatizantes de Bolsonaro se han encontrado este domingo frente al Cuartel General del Ejército, en el centro administrativo de Brasilia, y han marchado hasta la Explanada de los Ministerios, donde se han producido los incidentes. Los seguidores del expresidente exigen la intervención de las Fuerzas Armadas y la detención de Lula.

Después de 3 horas, la policía ha conseguido controlar la zona con el lanzamiento de gases lacrimógenos. El presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha firmado un decreto para que el gobierno federal asuma las competencias de seguridad en el distrito federal de Brasilia.

Acampados ante el Cuartel General del Ejército

Lula da Silva, que asumió la Presidencia del Brasil el pasado día 1 de enero, se encuentra este fin de semana de viaje en la ciudad de Araraquara, en São Paulo. Desde el día siguiente a las elecciones del pasado 30 de octubre, en las cuales Lula derrotó a Bolsonaro, centenares de bolsonaristas radicales están acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia. Los campamentos de los seguidores de Bolsonaro más radicales, que se han multiplicado en ciudades de todo el país, empezaron a ser desmontados este viernes en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, donde ya se produjeron algunos disturbios.

Este sábado, el ministro de Justicia, Flávio Dino, autorizó la actuación de la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo de élite de los cuerpos de Policía de todo el país, que se moviliza para misiones especiales. "Queremos que la ley prevalezca y no haya crímenes. Estoy en Brasilia. Espero que no haya actos violentos y que la Policía no tenga que actuar. La 'toma del poder' solo puede suceder en 2026, después de unas nuevas elecciones", así como el actual gobierno esperó entre 2018 y 2022. En un comunicado, Dino manifestó que el Ministerio de Justicia convocó una reunión de emergencia con los organismos de seguridad para hacer frente a las manifestaciones.

Reacciones al asalto de las instituciones

El presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que ha reconocido que ha habido una falta de seguridad, ha afirmado que los "vándalos fascistas" que han invadido las sedes del Parlamento, el Supremo y la Presidencia serán "encontrados" y "castigados". "La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones. No hay precedente en la historia del país del cual han hecho hoy. Por eso tienen que ser castigados", ha escrito a su cuenta de Twitter. Además, ha asegurado que averiguarán quién son los financieros de lo que se ha vivido hoy en Brasilia.

El presidente del Congreso del Brasil, el senador Rodrigo Pacheco, también ha reaccionado inmediatamente al asalto de las instituciones brasileñas y ha pedido castigar "de manera urgente y con el rigor de la ley a los radicales bolsonaristas" que han invadido las sedes del Parlamento, la Presidencia de la República y la Corte Suprema, en Brasilia. "Repudio vehementemente estos actos antidemocráticos, que tienen que sentir el rigor de la ley con urgencia", ha afirmado Pachecho, en un mensaje publicado en sus redes sociales. El senador ha informado que está en "contacto permanente" con el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien ha asegurado que "está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial para controlar la situación".

Por su parte, el ministro de Justicia del Brasil, Flávio Dino, ha afirmado este domingo que "no prevalecerá la voluntad de los bolsonaristas radicales" que han invadido las sedes del Ejecutivo, del Legislativo y del Tribunal Supremo, en una manifestación golpista. Dino ha indicado a través de Twitter que "habrá refuerzos policiales y que las fuerzas que están disponibles están actuando". "Este intento absurdo de imponer la voluntad por la fuerza no prevalecerá. El Gobierno del Distrito Federal (de Brasilia) afirma que habrá refuerzos. Y las fuerzas de las cuales disponemos están actuando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia", ha afirmado Dino.