ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
Uno de los principales escollos con los que se tropiezan las sanciones europeas contra la economía rusa se encuentra en casa. Se trata del excanciller socialdemócrata de Alemania Gerhard Schröder (78 años), muy criticado por no haber roto sus vínculos con Rusia a raíz de la guerra en Ucrania. Después de casi tres meses desde el inicio de la invasión rusa, se ha creado un frente común de Alemania y la Unión Europea contra Schröder por los vínculos que mantiene con empresas rusas. Así pues, el Bundestag (cámara baja del Parlamento alemán) ha decidido este jueves quitar privilegios al excanciller. Por su parte, la Eurocámara ha pedido sancionar a los políticos europeos que todavía reciben dinero de Rusia, como el socialdemócrata alemán.

En Alemania, Schröder pierde así la anterior dotación de personal y la oficina en el Bundestag, según ha adelantado la cadena pública ARD. Formalmente, su oficina "queda en suspenso". Hay que tener en cuenta que los gastos en personal y viajes de los trabajadores de la oficina del excanciller subieron el año 2021 hasta casi 419.000 euros, cifra que no incluye los gastos de oficina y de equipamiento de estas. En cualquier caso, el socialdemócrata alemán todavía mantendrá su pensión y protección personal.

Cierran la oficina de Schröder

Los partidos de la coalición de gobierno habían presentado una moción a la comisión de presupuestos para recortar drásticamente los derechos especiales de Schröder. Socialdemócratas, verdes y liberales defienden que el excanciller ya no tiene ninguna obligación permanente derivada de su cargo, motivo por el cual su oficina tiene que "quedar en suspenso". Al mismo tiempo, exigen al gobierno alemán que garantice que las asignaciones a los excancilleres se basen en las obligaciones continuadas derivadas de su anterior cargo y no en el estatus. De esta manera se establecen normas también para la anterior canciller, Angela Merkel. Entonces, el plan es que los puestos de personal asignados todavía en la oficina de Schröder expiren y no se vuelvan a cubrir después de este 19 de mayo.

La portavoz adjunta del gobierno alemán, Christiane Hoffmann, ha recordado que es "una práctica de años" que los excancilleres dispongan de una oficina "como apoyo para las obligaciones oficiales" después de dejar el cargo. "Naturalmente, si ahora no existen obligaciones continuadas derivadas de su anterior cargo, entonces una reducción puede parecer consiguiente", ha matizado. Quede claro que esta es la justificación elegante, ya que el origen de todo esto es el vínculo que Schröder todavía mantiene con Rusia. Desde que dejó el cargo, ha trabajado para compañías energéticas propiedad de la Federación Rusa como Nord Stream AGO, Rosneft y Gazprom. La idea es presionarlo para que rompa estos vínculos y dejar todavía más aislado al presidente ruso, Vladímir Putin, en su campaña militar contra Ucrania.

Posibles sanciones contra el excanciller

En esta línea, el Parlamento Europeo ha pedido este jueves que se sancione a los políticos europeos como Schröder que "siguen recibiendo dinero" y forman parte de "las principales empresas rusas". La Eurocámara ha solicitado al Consejo Europeo que "amplíe la lista de personas objeto de las sanciones de la UE para incluir los miembros europeos de los consejos de administración de las principales empresas rusas y los políticos que siguen recibiendo dinero de Rusia". Los eurodiputados también han insistido en la importancia de que los estados miembros lleguen a un consenso unánime sobre el sexto paquete de sanciones en Moscú y el embargo en el gas ruso, actualmente bloqueado por Hungría.

Desde el inicio de la invasión, hace casi tres meses, Alemania y la UE han mantenido el ojo sobre Schröder. Han intentado sin éxito que el excanciller abandone los vínculos con el Kremlin, que dificultan el boicot europeo a la economía rusa. Recordamos que el socialdemócrata alemán fichó por Gazprom al principio de febrero, cuando las tensiones entre Rusia y Ucrania estaban al límite (la guerra empezó el 24 de febrero). El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, ha exigido a menudo que su compañero abandone la compañía rusa, pero no ha obtenido resultado.