La Flotilla Global Sumud ha reanudado este viernes su travesía hacia la Franja de Gaza con el objetivo declarado de romper el bloqueo impuesto por Israel y hacer llegar ayuda humanitaria a la población palestina. Un total de 42 embarcaciones, procedentes de España, Italia y varios países del Magreb, han zarpado desde el puerto siciliano de Oporto Palo, al sur de Italia, después de superar algunos inconvenientes logísticos que habían retrasado la misión. "Hemos zarpado. Esta vez no nos detendremos", ha afirmado la portavoz de la rama italiana de la flotilla, Maria Elena Delia. La delegación que partió el domingo pasado desde Túnez, en barcos magrebíes y españoles, se ha unido a las diecisiete embarcaciones italianas en este puerto para sumar fuerzas. El objetivo de la coalición es ir incorporando nuevos barcos a lo largo de la ruta mediterránea para transportar alimentos y otros suministros esenciales hasta el enclave palestino, en una acción de desobediencia civil internacional que reivindica el derecho humanitario por encima del bloqueo.

A bordo de los barcos viajan activistas, artistas y figuras públicas, como la sueca Greta Thunberg o la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que han querido dar apoyo directo a la misión humanitaria con su presencia. La participación italiana también incluye representantes institucionales como las eurodiputadas Benedetta Scuderi y Annalisa Corrado, el diputado Arturo Scotto y el senador Marco Croatti.

La travesía hasta llegar a Sicilia ha estado llena de obstáculos y contratiempos. La delegación que salió de Barcelona se vio forzada a detenerse durante más de diez días entre los puertos tunecinos de Sidi Bou Said y Bizerta, a raíz de dos ataques con granadas incendiarias lanzadas por drones no identificados contra dos de las embarcaciones de la flotilla. Los incidentes provocaron una grave alteración de los planes iniciales. Una parte de la tripulación abandonó la misión por motivos de seguridad, algunos barcos fueron descartados por no cumplir las condiciones técnicas mínimas para la travesía, y se produjeron cambios significativos en el liderazgo de la expedición. Paralelamente, tanto el grupo italiano como el tunecino han sufrido también retrasos.

Greta Thunberg da un paso al lado

Más allá de los retrasos, los ataques con drones y los contratiempos logísticos, la Flotilla Global Sumud también se ha visto sacudida por tensiones internas que han tenido un impacto directo en su estructura. Esta semana, Greta Thunberg ha anunciado que renuncia a su cargo como miembro de la junta directiva de la misión, según adelantó el diario italiano Il Manifesto. Su decisión estaría motivada por discrepancias sobre la estrategia comunicativa adoptada por el proyecto, que, según Thunberg, da demasiado protagonismo a las dinámicas internas de la organización y no lo suficiente a la denuncia del genocidio contra el pueblo palestino. La crítica refleja el malestar creciente de una parte de la tripulación, que considera que el foco mediático tendría que centrarse mucho más en la situación que se vive en Gaza que en los obstáculos logísticos o políticos que rodean a la misión.