Una pareja de argentinos residentes en Eslovenia, tres búlgaros detenidos en el Reino Unido o un fotógrafo que tenía una tienda en Atenas. Todos ellos tienen algo en común y es que los servicios de seguridad de todo el mundo han acusado numerosas personas que llevaban vidas aparentemente inocuas de ser agentes de la inteligencia rusa.

Muchos otros han sido acusados de pasar información en Rusia y es que desde que Vladímir Putin empezó la ofensiva a gran escala en Ucrania en febrero del 2022, Moscú ha tenido que recurrir a métodos de espionaje más arriesgados y menos convencionales, principalmente porque muchos de los espías que había bajo cobertura diplomática en Europa han sido expulsados, tal como destaca el The Guardian.

Los métodos de espionaje ruso

Tradicionalmente, los tres principales servicios de seguridad de Rusia (el FSB nacional, el servicio de inteligencia exterior SVR y la inteligencia militar GRU) han enviado sus agentes en el exterior bajo cobertura diplomática. También han utilizado agentes que se hacen pasar por empresarios, turistas o periodistas rusos, resalta el mismo diario.

La guerra ha hecho todo eso mucho más difícil. El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales calculó que más de 450 diplomáticos fueron expulsados de las embajadas rusas en los primeros tres meses de la guerra, la mayoría de Europa.

"El tiempo posterior a la guerra, con todas las expulsiones, fue un momento fatídico para el sistema de inteligencia ruso y han intentado reemplazarlo con cosas diferentes", ha dicho un funcionario de inteligencia europeo al diario The Guardian en primavera.

Tres búlgaros acusados de espionaje

En esta misma línea, tal como recogen el The Guardian y el The Independent, tres ciudadanos búlgaros sospechosos de espiar por Rusia mientras vivían en el Reino Unido fueron detenidos y acusados, según ha dicho la policía. Los acusados se encontraron entre las cinco personas detenidas en febrero después de una larga investigación antiterrorista. Tres de ellos fueron acusados de posesión de documentos de identidad falsos, según la policía metropolitana, que es la responsable de los casos de espionaje.

La BBC destaca que están acusados de trabajar por los servicios de seguridad de Rusia, como parte de lo que podría ser una célula encubierta. Según los informes, tenían pasaportes y documentos de identidad de Bulgaria, Francia, Italia, España, Croacia, Eslovenia, Grecia y la República Checa.

El gobierno británico expulsó previamente a varios oficiales de inteligencia rusos que trabajaban en la embajada en Kensington bajo cobertura diplomática. En marzo del 2018, la entonces primera ministra, Theresa May, expulsó a 23 diplomáticos rusos acusados de espionaje.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin / Efe