El inestable alto el fuego alcanzado entre Israel e Irán ha generado muchas dudas a la comunidad internacional. La misma Casa Blanca, a pesar de atribuirse el hito, sigue en estado de alerta ante la posibilidad de nuevas hostilidades por parte del régimen iraní. Según varios funcionarios de seguridad e inteligencia norteamericanos, todavía es probable que se produzcan ataques terroristas o ciberataques puntuales derivados del conflicto iniciado el último 13 de junio con los bombardeos israelíes sobre territorio persa.

Amenaza terrorista y ciberataques

En este sentido, el FBI, una de las organizaciones clave en la seguridad nacional de los EE.UU., ya está movilizando parte de sus fuerzas para centrarse en amenazas de terrorismo. En unas declaraciones en la CNN, un representante de la organización aseguraba que "estamos reajustando nuestros recursos para responder a las amenazas más urgentes y garantizar la seguridad del pueblo norteamericano". En la misma línea, otro funcionario aseguraba que "un alto el fuego no quiere decir sacar el pie del acelerador", antes de recordar que "la historia demuestra que los iraníes no son el régimen más fiable". Una idea similar ha expresado a la secretaria norteamericana de Seguridad Nacional, Kristi Noem, señalando que "a medida que las tensiones aumentan, el potencial de amenazas en nuestro territorio es mayor, por lo tanto, mantendremos un nivel alto de alerta".

Con respecto al terreno cibernético, sector de importancia creciente en las guerras modernas, Washington ha recordado el largo historial de actividades de hackeo llevadas a cabo por Irán contra empresas y agencias gubernamentales norteamericanas. Según el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), Teherán ha atacado en el pasado a EE.UU. mediante fórmulas propias de guerra híbrida, con especial intensidad desde que Washington asesinó al jefe de las fuerzas armadas iraníes, Qasem Soleimani, en un ataque con drones el año 2020.

La seguridad de Donald Trump, una cuestión vital

Otros informes apuntan a una respuesta del Irán en forma de ataques concretos a funcionarios norteamericanos, especialmente ante un posible derrocamiento del régimen de los ayatolás. Según un boletín del DNS, Teherán podría llevar a cabo ataques selectivos contra miembros de la cúpula militar norteamericana si considera que su régimen está en peligro o si los relaciona con la muerte de los líderes iraníes en los bombardeos de los últimos días. Para dar veracidad a la idea de una posible respuesta violenta de Irán, el informe asegura que el régimen persa ya intentó asesinar previamente al presidente Donald Trump y a su exasesor de seguridad nacional, John Bolton, como represalia por la muerte de Soleimani. Ahora, el departamento de seguridad ve plausible una ofensiva similar como respuesta a los recientes ataques aéreos de los EE.UU. sobre instalaciones nucleares iraníes.

Sin embargo, no es la primera vez que Washington aumenta el estado de alerta por posibles represalias de sus enemigos internacionales en forma de ataques terroristas o cibernéticos. El año pasado, amenazas provenientes de Teherán ya forzaron a aumentar la seguridad personal del entonces candidato presidencial Donald Trump. Pocas semanas después, el republicano sufriría un intento de asesinato en un mitin en Pensilvania, aunque el ataque no tenía ningún vínculo con el régimen de los ayatolás. Ahora, después de haber introducido su país en un conflicto que, según aseguraba al inicio del mandato, resolvería él mismo en cuestión de horas, Trump mantiene el nivel de alerta al máximo, temeroso ante las posibles represalias del país que acaba de bombardear.

¡Sigue ElNacional.cat en WhatsApp, encontrarás toda la actualidad, en un clic!