Estados Unidos y Rusia han estado trazando durante esta semana un plan de 28 puntos para poner fin a la guerra de Ucrania. La iniciativa se inspira en la propuesta que el presidente Donald Trump presentó para la Franja de Gaza, la cual hace semanas que fue aplicada, y se divide en cuatro grupos generales: la paz, las garantías de seguridad, la seguridad de Europa y las futuras relaciones de Estados Unidos con Rusia y Ucrania. A la espera de conocer la opinión de Kyiv, el plan despierta el optimismo del Kremlin, según ha revelado Axios. Por su parte, el Financial Times ha tildado el borrador de Trump de “capitulación” de la guerra y ha añadido que la aplicación de la propuesta también exigiría a Ucrania ceder la región oriental del Donbas —incluido el territorio bajo su control— y reducir a la mitad el tamaño de su ejército.

Los dos aspectos más delicados de las conversaciones con Ucrania hasta ahora han sido quién controlará cada territorio una vez terminada la guerra y como Kyiv puede estar seguro de que Moscú no reanudará los ataques en el futuro. El plan de Trump de 28 puntos prevé que Rusia obtenga el dominio total de facto de Luhansk y Donetsk —los dos territorios que componen el Donbas—, aunque Ucrania todavía controla alrededor del 12% del territorio. A pesar de estar hoy en día bajo control ruso, las zonas del Donbas de las que Ucrania se retiraría se considerarían una zona desmilitarizada, sin que el Kremlin pudiera posicionar tropas. En otras dos regiones devastadas por la guerra, Jersón y Zaporiyia, las líneas de control actuales se congelarían mayoritariamente, y Rusia devolvería parte del territorio.

El enviado especial de Trump a Oriente Medio, Steve Witkoff, es el encargado de liderar esta nueva fase de las negociaciones. De hecho, en los últimos días ha estado discutiendo con las delegaciones de Rusia y Ucrania. El representante de la Casa Blanca se reunió primero con Kirill Dmitriev, del Kremlin, durante tres días, del 24 al 26 de octubre en Miami. El tono de diálogo fue optimista; Dmitriev expresó que veía posibilidades de alcanzar un acuerdo exitoso y que la parte rusa tenía "un interés real en escuchar" a Washington. Poco después, el presidente Volodímir Zelenski envió a Rustem Umerov a ser informado sobre el plan de Estados Unidos y negociar con Witkoff. Una fuente ucraniana ha negado al Financial Times que Umerov aceptara los términos de la propuesta. Es más, esta misma persona ha revelado que Kyiv se opone a muchos de los puntos del borrador de Trump.

Condiciones inadmisibles

No es de extrañar que Ucrania llegue a esta nueva fase de las negociaciones con pies de plomo, ya que algunos de los 28 puntos son inadmisibles para Kyiv. La misma fuente del diario estadounidense ha descrito el borrador de Trump como un documento muy genérico, "demasiado inclinado hacia Rusia". El entorno de Zelenski considera que se trata de una iniciativa que se alinea sin tapujos con las demandas maximalistas del Kremlin y que aceptarlo supondría un fracaso. Aparte de las concesiones territoriales y la reducción del ejército, el plan insta a Ucrania a aceptar una reducción de la asistencia militar de Estados Unidos —esto en un momento crucial respecto al envío de misiles Tomahawk—, lo que podría dejar al país vulnerable a futuras agresiones rusas. Trump también plantea que el ruso sea reconocido como lengua oficial en Ucrania y que la rama de la Iglesia Ortodoxa Rusa disfrutase del estatus de oficial.