Después de Polonia, Finlandia, Bulgaria y los Países Bajos, ahora le ha tocado a Dinamarca. La empresa rusa suministradora de gas Gazprom ha anunciado que, a partir de este miércoles 1 de junio, cortará el suministro a la principal proveedora de este servicio al país danés, Orsted. Otra de las compañías afectadas será Shell Energy Europe, que proporciona gas a Alemania. La decisión de Rusia responde, arguyen, al hecho de que estas empresas se han negado a pagar en rublos este suministro de gas que, hasta ahora, les proporcionaban. Las compañías que se han visto afectadas por este corte repentino sostienen, al mismo tiempo, que si pagaran en la moneda rusa estarían infringiendo las sanciones impuestas por la Unión Europea, un hecho que les podría comportar "excesivos riesgos financieros".

Orsted ya hizo pública su decisión de no pagar en rublos este lunes y así lo ha trasladado a Gazprom Export. En un comunicado, la empresa danesa explicaba que "no existe ninguna obligación legal en virtud del contrato" que estipule el pago en rublos y ya alertaban que eran conscientes del "riesgo" que eso implicaba: "Existe la posibilidad de que Gazprom deje de suministrar gas a Orsted, pero eso sería un incumplimiento del contrato". Este martes, el consejero delegado de Orsted, Mads Nipper, ha afianzado la posición de negarse a cambiar de divisa para pagar el gas que proporciona Rusia y ha detallado que se han estado "preparando" para este escenario.

Dinamarca, preparada por esta situación

En concreto, desde la compañía de Dinamarca subrayan que "como no hay ningún gasoducto que vaya directamente de Rusia a Dinamarca, no pueden cortar directamente el suministro de gas a Dinamarca y, por lo tanto, el país todavía lo podrá obtener por otras vías. Estas otras opciones pasan por comprar más en el mercado europeo. Para más inri, en las últimas semanas han estado llenando sus instalaciones de almacenaje de gas en Dinamarca y Alemania para poder garantizar el suministro de lo mismo. Desde Orsted, también hacen un llamamiento a "reducir la dependencia del gas ruso y potenciar la transición ecológica del sector energético en Europa".

Rusia sigue firme en el decreto que firmó Vladímir Putin según el cual los países extranjeros que sean "inamistosos" estén obligados a pagar en rublos el suministro de gas. Para hacerlo, les instan a abrir dos cuentas a Gazprombank. En el primero de las cuentas, los estados tienen que ingresar el dinero en euros o dólares. Posteriormente, la Bolsa de Moscú transforma esta divisa en rublos y transfiere esta cuantía en esta moneda a la segunda cuenta en esta entidad. El Kremlin afirma que cerca de la mitad de los importadores extranjeros de su gas tienen ya cuentas en Gazprombank, que es el mecanismo escogido por Rusia para poder hacer esta transición a rublos.