En una rara y significativa muestra pública, Corea del Norte ha reconocido por primera vez que sus soldados han muerto en la guerra de Ucrania, donde han luchado al lado de las fuerzas rusas. El líder del régimen, Kim Jong-un, rindió homenaje a los combatientes caídos reposando las manos sobre sus ataúdes repatriados durante una gala celebrada en el Gran Teatro del Este de Pyongyang, con motivo del primer aniversario del tratado de defensa mutua con Rusia.

Las imágenes, mostradas ante un público que se veía visiblemente emocionado, incluían fotografías de media docena de ataúdes cubiertos con la bandera norcoreana. Se trataba de la primera vez que los medios estatales mostraban imágenes de soldados enviados a Rusia accesibles a la ciudadanía norcoreana, según destacó el diario The Korea Herald.

¿Cómo ha estado esta ceremonia?

La ceremonia contó con la presencia de artistas norcoreanos y rusos, y también de altos cargos como la hermana de Kim, Kim Yo-jong, y la ministra de Asuntos Exteriores, Choe Son-hui. Kim se sentó al lado de su hija, Kim Ju-ae, y de la ministra de Cultura rusa, Olga Lyubimova, en un acto lleno de simbolismo político y emocional.

Según la agencia estatal KCNA, el acontecimiento reforzó "la confianza en los lazos de amistad y en la obligación internacionalista genuina entre los pueblos y ejércitos de los dos países, forjados con sangre". Entre las imágenes proyectadas se vio también una libreta manchada de sangre, supuestamente recuperada de un campo de batalla en la región rusa de Kursk, con mensajes patrióticos como "El momento decisivo ha llegado" y "Luchamos con valentía esta batalla sagrada con el amor y la confianza de nuestro Comandante Supremo".

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EFE

Aunque hasta hace poco el régimen negaba haber enviado tropas a Ucrania, el abril pasado tanto Putin como Kim confirmaron oficialmente su presencia, calificando a los soldados norcoreanos de “héroes”. Kim también anunció la construcción de un monumento en Pyongyang para honrarlos y la colocación de flores ante sus tumbas, en lo que fue visto como el primer reconocimiento público de bajas por parte del régimen.

Pyongyang y Moscú: una alianza hecha para durar

Según informes del servicio de inteligencia surcoreano, Corea del Norte ha enviado desde el otoño pasado a unos 15.000 soldados a la guerra, con un balance estimado de 4.700 bajas, incluyendo unos 600 muertos. También se ha especulado que podrían producirse nuevas remesas de tropas este verano, entre julio y agosto.

Además de personal militar, Pyongyang ha suministrado a Rusia grandes cantidades de armamento: munición, proyectiles de artillería, misiles balísticos y otros equipos militares. A cambio, Corea del Norte habría recibido tecnología satelital, armamento avanzado y apoyo económico del Kremlin.

Este reconocimiento público de las pérdidas militares forma parte de una estrategia para reforzar la alianza con Moscú y consolidar un relato patriótico y de victoria ante la población norcoreana, transformando el sacrificio de los soldados en símbolo de lealtad y resistencia internacionalista.