El comité sobre el asalto al Capitolio ha concluido que hay que juzgar a Donald Trump por la vía penal, después de haber celebrado este lunes su última audiencia pública antes de disolverse. Concretamente, la comisión ha recomendado al Departamento de Justicia de los Estados Unidos que se impute al expresidente — acusado de cuatro delitos federales: incitar a una insurrección, obstruir un procedimiento oficial, conspirar para defraudar el gobierno federal y hacer una declaración falsa. Pero la recomendación es simbólica: la decisión final de presentar cargos recae en el fiscal general, Merrick Garland, que ya anunció la designación de un fiscal especial para investigar el líder republicano por su posible implicación en el asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021 y por los documentos clasificados encontrados en la residencia de Mar-a-Lago (Florida).

Integrado por nueve miembros (siete demócratas y dos republicanos), el comité legislativo sobre el asalto al Capitolio ha decidido por unanimidad recomendar que se impute a Trump y a su abogado John Eastman después de 18 meses de investigación con entrevistas a más de mil personas implicadas de forma directa o indirecta en la insurrección. Lo ha hecho en su decena y última audiencia pública, ya que se disolverá el próximo 3 de enero porque empezará la nueva legislatura después de la victoria republicana en las elecciones de medio mandato del pasado 8 de noviembre — que elimina las posibilidades que la comisión continúe con la investigación. Es por esto que los legisladores han querido publicar las conclusiones antes de final de año, de manera que el miércoles se presentará el informe final del comité (de unas mil páginas).

Trump vio el ataque por televisión

Uno de los integrantes de la comisión, el congresista demócrata Jamie Raskin, ha sostenido que "todo el propósito y objetivo obvio del plan de Trump eran obstruir, influir e impedir la transferencia legal del poder en los Estados Unidos". También ha dejado claro que el expresidente no actuó en solitario: "Tuvo un acuerdo formal e informal con varias personas que lo ayudaron con sus objetivos delictivos". En este sentido, el congresista demócrata ha confiado en el hecho de que la investigación en marcha del Departamento de Justicia ofrezca un panorama más detallado. Las recomendaciones del comité en el Departamento de Justicia también se refieren al mencionado Eastman, acusado de obstruir un procedimiento oficial y de conspirar para defraudar el gobierno federal. "Entendemos la gravedad de todas y cada una de las sugerencias que estamos haciendo este lunes, así como entendemos la magnitud del delito contra la democracia que describimos en nuestro informe, pero hemos ido donde nos han llevado los hechos y la ley, e inevitablemente nos traen aquí", ha apuntado a Raskin.

El 6 de enero del 2021, unos 10.000 seguidores de Trump (muchos de ellos abiertamente de extrema derecha) se manifestaron delante del Capitolio y cerca de 800 irrumpieron en el edificio para impedir la ratificación de la victoria electoral de Joe Biden. El asalto acabó con cinco personas muertas y unos 140 agentes heridos. "No hay duda que Trump pensaba que las acciones de los asaltantes estaban justificadas", ha dicho la congresista demócrata Elaine Luria, quien ha considerado que el entonces presidente "tiró gasolina al fuego" y pasó horas viendo el ataque por televisión sin hacer nada para apagar el incendio. Que Trump pasara la tarde viendo el asalto por televisión es uno de los descubrimientos más vergonzosos de la investigación, según la legisladora republicana Liz Cheney. "Fue la primera vez que un presidente norteamericano rechaza su deber constitucional de transferir el poder de forma pacífica al siguiente", ha añadido.

El plan de Trump para seguir al poder

Más allá de recomendar la imputación, el comité legislativo ha desmantelado de nuevo "la gran mentira" de Trump y ha puesto el foco su intento por mantenerse en el poder. Ha sido la congresista demócrata Zoe Lofgren quien ha señalado que esta "gran mentira" engloba "el enorme esfuerzo" del expresidente "por difundir acusaciones sin fundamento y desinformación en un intento de convencer falsamente a decenas de millones de norteamericanos del hecho de que se les habían robado las elecciones". El presidente del comité, el demócrata Bennie Thompson, ha reivindicado que "la fe en el sistema es la base de la democracia norteamericana". "Si se rompe la fe, también lo hace nuestra democracia. Trump rompió esta fe. Perdió las elecciones del 2020 y lo sabía, pero prefirió intentar quedarse en el poder y bloquear el traspaso mediante un plan para anular los resultados", ha añadido Thompson.

La sala de la audiencia pública ha estado llena y se han proyectado escenas de aquel 6 de enero del 2021, así como un resumen con algunos de los testimonios interrogados — como el del ex fiscal general William Barr, el exabogado de Trump Rudy Giuliani y otras personas de su entorno, para reflejar que el entonces presidente sabía que había perdido los comicios... pero que presionó al vicepresidente, Mike Pence, para darle la vuelta al resultado de las elecciones. "Su decisión de declarar su victoria la noche de las elecciones no fue improvisada, sino premeditada", ha detallado Lofgren, todo remarcado que Trump hizo caso omiso a las pruebas que se le presentaron al respecto y no cambió su postura. La comisión ha concluido que se entregaron falsos certificados electorales a diferentes trabajadores del gobierno federal dentro de su plan para seguir en el poder.