Si bien Carlos III ya era rey desde el momento que murió su madre, ya que la ley inglesa no permite que la corona no descanse en la cabeza de nadie, no ha sido hasta este sábado que su nombramiento se ha hecho oficial. A través de una ceremonia que ha sido televisado para todo el mundo, Carlos III ha sido proclamado formalmente nuevo rey del Reino Unido y catorce países del Commonwealth en sucesión de Isabel II, que murió el jueves pasado a los 96 años en el castillo escocés de Balmoral.

El ceremonial Consejo de Ascensión ha declarado al príncipe Carlos Felipe Artús Jordi como el nuevo monarca Carlos III, y después los asistentes al acto, sobre todo figuras políticas, han clamado: "Dios salve al rey". La ceremonia se ha podido seguir por los medios por primera vez a la historia, ya que anteriormente, se hacía a puerta cerrada. Así continúa el camino que empezó su madre Elisabet II, abrir al público antiguas ceremonias de la monarquía. Lo demostró con su propia coronación, un ritual guardado con recelo de los ojos del público hasta que fue el turno de Elisabet, cuando se retransmitió por televisión.

Justamente, cuando en la ceremonia ha sido el turno de Carles para dirigirse a los asistentes, la continuidad del llenat de su madre ha protagonizado parte de su discurso. Carlos III ha afirmado este sábado que seguirá "el ejemplo" sentado por su madre, reinando respetando los principios constitucionales y servir a los ciudadanos con dedicación. Después de su discurso sobre el deber, ha proseguido la ceremonia, dirigiendo otro aspecto clave de la monarquía británica, la Iglesia de Escocia, de la cual pasa a ser el jefe. Ante un nutrido grupo de autoridades políticas y sociales, Carlos III también ha jurado garantizar la protección de esta.

Acto de proclamación de Carlos III en Londres / Efe

Acto de proclamación de Carlos III en Londres / Efe

El peso del deber del legado

Como en su discurso del pasado viernes, Carlos III ha insistido en mostrarse como el heredero del legado de su madre, a pesar de ser de formas diferentes. Ha dicho que es "profundamente consciente del legado de Elisabet II y de los "deberes y vastas responsabilidades de la soberanía" que ha heredado. "Al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el ejemplo inspirador que se me ha dado, al defender el gobierno constitucional y buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas islas y de los reinos y territorios del Commonwealth a todo el mundo", ha reiterado. El nuevo rey ha agradecido las muestras de pésame que su familia ha ido recibiendo desde la muerte de su madre y ha concluido afirmando: "Para llevar a cabo la pesada tarea que se me ha contagiado, a la cual dedico lo que me queda de vida, ruego para la guía y la ayuda de Dios todopoderoso".