El rey Carlos III ha pronunciado su primer discurso como monarca, en el cual ha reivindicado el legado de Isabel II. "Os hablo hoy con sentimientos de profundo dolor. Durante su vida, Su Majestad la Reina, mi querida madre, fue una inspiración y un ejemplo para mí y para toda mi familia, tenemos con ella la deuda más sentida que una familia puede deber a su madre. Por su amor, afecto, guía, comprensión y ejemplo", son las palabras con las cuales ha empezado el mensaje, marcado por la contención que se le exige a un rey. Pero al final, ha dejado de lado esta contención y evolucionado hacia un tono más emotivo: "A mi querida mama, que empiezas tu último gran viaje por unirte con mi querido papa, simplemente quiero decirte: gracias". "Gracias por tu amor y devoción a nuestra familia y a la familia de naciones en las cuales has servido de manera tan diligente todos estos años. Que los vuelos de los ángeles te canten para tu descanso", ha concluido.

Si bien la mayoría del discurso ha estado dirigido a la figura de la reina, ha dedicado una parte a hablar de su futuro y del de su familia: "El papel y los deberes de la monarquía también permanecen, igual que la relación y responsabilidad particular del soberano hacia la Iglesia de Inglaterra, la iglesia en la cual mi propia fe está tan profundamente arraigada". Es así como recoge el relevo como máxima autoridad de la Iglesia anglicana, a la vez que también se compromete a "defender los principios constitucionales" en el corazón de su nación. Al principio del mensaje ya había avanzado este compromiso: "Esta promesa de servicio de por vida (de la reina Isabel) os la renuevo a todos hoy".

Palabras para Camila, Guillermo, Catalina, Enrique y Meghan

El monarca ha aceptado que su vida cambiará a medida que asuma sus nuevas responsabilidades. "Ya no me será posible dedicar tanto de mi tiempo y energías a las organizaciones benéficas y los asuntos que tanto me importan. Pero sé que este importante trabajo continuará en las manos confiables de otros", ha detallado. De la misma manera, reconoce que este también es "un momento de cambio" para su familia. Y es aquí donde hace la primera referencia a alguien que no es ni él ni a su madre: su "querida esposa, Camila (Parker Bowles)". Ha dicho que sabe que contará con su "amorosa ayuda" y que se convierte en la reina consorte, en reconocimiento de su "leal servicio público" desde que se unieron en matrimonio hace 17 años. "Sé que aportará a las exigencias de su nuevo cargo la firme devoción al deber en la cual he llegado a depender tanto", ha pronosticado.

También ha hablado de su heredero, Guillermo: "Asume los títulos escoceses que han significado tanto para mí". "Me sucede como duque de Cornualles y asume las responsabilidades del ducado de Cornualles que he asumido durante más de cinco décadas. Hoy se me enorgullece nombrarlo Príncipe de Gales, Tywysog Cymru, el país el título del cual he tenido el gran privilegio de llevar durante gran parte de mi vida y mi deber", ha anunciado. Así pues, Catalina será la Princesa de Gales. Más breve ha sido la referencia a su otro hijo: "También quiero expresar mi amor por EnriqueMeghan mientras siguen construyendo sus vidas en el extranjero".

La figura de Isabel II y un emotivo despido

Volvemos a Isabel II. El rey Carlos III ha recordado como el año 1947, con tan solo veinte años, su madre se comprometió en una transmisión desde Ciudad del Cabo a la Commonwealth a "dedicar su vida al servicio de sus pueblos". "Eso fue más que una promesa: fue un profundo compromiso personal que definió toda su vida. Hizo sacrificios por el deber. Su dedicación y devoción como soberana nunca cedieron, en tiempo de cambio y progreso, en tiempo de alegría y celebración, y en tiempo de tristeza y pérdida", ha destacado. Y ha rememorado que "en su vida de servicio vimos este amor perdurable a la tradición, junto con este abrazo intrépido al progreso, que nos hacen grandes como naciones". Acto seguido, el nuevo monarca ha destacado que "el afecto", "la admiración" y "el respeto" fueron "el sello distintivo" del reinado de su madre. Unos atributos que hay que sumar a "la calidez", "el humor" y "una habilidad infalible para ver siempre lo mejor de las personas".

Como hemos dicho, Carlos III ha pasado de la contención a la emoción. Ya hacia la mitad del discurso ha reconocido que la muerte de Isabel II "trae una gran tristeza" y que comparte esta sensación de pérdida "más allá de toda medida". Después, ha agradecido las palabras de pésame que muchísima gente les ha transmitido: "Significan más para mí de lo que nunca podré expresar". Es así como ha llegado a las últimas frases de su discurso, las más emotivas: se ha referido a la reina como su "querida mama" y también ha hablado de su "querido papa". "Que los vuelos de los ángeles te canten para tu descanso", ha dicho para cerrar su primer discurso como rey del Reino Unido.