Siete semanas de confinamiento extremo. Una movilidad a menudo inexistente, barrios donde el suministro de alimentos depende del estado ante la prohibición de desplazarse y la reacción violenta de las autoridades para hacer cumplir las directrices del gobierno han hecho estallar en muchos shangahineses. A pesar de la fuerte censura que reina en Weibo (la red social china más popular), varios vídeos sobre la situación en Shanghái a menudo son eliminados por las autoridades, pero algunos han acabado filtrándose y recogiéndose por medios por todo el mundo.

Entre los vídeos que han llamado más la atención se encuentra uno en que se muestra cómo un grupo de personas huyen del apartamento donde se encuentran con una escalera que se han fabricado ellos mismos. En las imágenes, grabadas de otro apartamento, se ven dos personas escapando del edificio, a pesar de las duras restricciones de movilidad.

Por desgracia hay otro tipo de vídeos procedentes de Shanghái que en las últimas semanas se han vuelto normales. Se trata de las detenciones de ciudadanos. A veces sueño para protestar o para llevarse en un posible positivo a un centro de aislamiento contra su voluntad.

La mano dura del gobierno chino ha generado protestas de los residentes de la ciudad que han sido duramente reprimidas. Después de más de dos meses, el yugo de Pekín parece que podría empezar a aflojar sobre Shanghái. Este viernes, las autoridades shanghaineses han afirmado que pretenden cortar la transmisión comunitaria a mediados de mayo.

El miedo de Pekín

Mientras en la capital, el miedo de pasar lo mismo que sus vecinos del sur se apodera de los pekineses. Desde hace semanas que la amenaza de acabar con confinamiento como Shanghái cierne sobre Pekín. Cada vez que salta un rumor sobre el posible confinamiento, los supermercados se llenan de ciudadanos preocupados por tener problemas de abastecimiento, como ha sucedido a Shanghái. Esta semana uno de estos rumores ha vuelto a tomar el pánico entre los ciudadanos, dejando de nueve imágenes de largas colas para aprovisionarse en caso de que los peores pronósticos se cumplieran.

Choque entre China y la OMS

Unas horas antes que este viernes China compartiera sus planes de relajar las medidas en Shanghái, el gobierno chino había iniciado una cruzada contra la Organización Mundial de la Salud. ¿El motivo? La OMS criticó la política de covid cero china. Tedros Adhanom Gebreyesus, director de la organización, criticó el pasado jueves la postura de Pekín. "La política de cero covid que están aplicando las autoridades de China delante del último repunte de casos no es sostenible teniendo en cuenta los conocimientos actuales sobre el coronavirus", ha afirmado y ha añadido: "ahora tenemos buena comprensión del virus y buenas herramientas, de manera que transitar a otra estrategia sería muy importante".

Estas palabras no han hecho nada de gracia al gobierno de Xi Jinping, quien unos días antes ya había dejado clara la postura china ante cualquier cuestionamiento de la acción del gobierno. El presidente chino preguntó mano dura contra quién cuestione los confinamientos por covid-19, y esta petición no excluye al director de la OMS.

China respondió al director de la OMS tildándolo de "irresponsable". "Esta estrategia ha garantizado la salud de 1.400 millones de personas y protegido grupos vulnerables. Ha hecho de China uno de los países que mejor han conseguido contener la covid", ha reivindicado el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian. El gobierno chino defiende su estrategia ante las protestas de sus ciudadanos y del resto del mundo.