Éric Ciotti, presidente del partido de centroderecha francés Los Republicanos, ha denunciado este domingo que su despacho en Niza ha sufrido un ataque durante la noche. A través de un tuit ha compartido una imagen del exterior de la oficina en la cual se ve el cristal principal roto después de haber sido apedreado. También han dejado una pintada amenazadora que dice "la moción (de censura) o el adoquín" ("la motion ou le pavé"), un acto de vandalismo que llega un día antes de que la Asamblea Nacional vote dos mociones de censura contra el gobierno del presidente Emmanuel Macron después de que aprobara por decreto la impopular reforma de las pensiones.

El líder de los Republicanos ya adelantó que su grupo no votaría a favor de la moción, hecho que impediría que saliera adelante, y después del ataque ha afianzado su posición. "Los matones que han hecho eso quieren presionar violentamente mi voto el lunes" ha denunciado Ciotti, que ha dejado claro que, a pesar de la amenaza, nunca cederá "a los nuevos discípulos del Terror", en referencia al periodo de la Revolución Francesa marcado por la violencia y la radicalización política.

Ciotti ha recibido el apoyo de algunos diputados, mayoritariamente de su signo político, aunque algunos de la izquierda, como Jérôme Guedj (NUPES), también han expresado públicamente su rechazo hacia el acto violento, que se enmarca en unas jornadas de gran tensión en varias ciudades del país. Una de las reacciones más comentadas, sin embargo, ha sido la de Jean-Luc Mélenchon, líder de la coalición de izquierdas Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES) que da apoyo a la moción de censura planteada por el grupo parlamentario centrista y regionalista LIOT. Mélenchon ha admitido en declaraciones en Le Figaro que "no se puede aprobar el ataque a un cargo parlamentario" y justo después ha afirmado que "si no quieren violencia, acepten la democracia".

¿Prosperará la moción de censura contra el gobierno francés?

El gobierno francés, encabezado por la primera ministra Elisabeth Borne, pero que tiene como máximo representante al presidente Emmanuel Macron, se enfrentará este lunes a dos mociones de censura. La primera, presentada por LIOT se plantea como una moción transversal que aspira a conseguir un amplio apoyo. La segunda la ha presentado la ultraderecha, aunque Marine Le Pen ya adelantó que votaría cualquier moción de censura, aunque implicara alinearse con la izquierda. La Asamblea Nacional de Francia tiene 577 escaños, y para que una moción de censura salga adelante se necesita mayoría absoluta, es decir, 289 escaños. Sin embargo, actualmente esta mayoría absoluta se sitúa en los 287 votos, porque hay cuatro escaños vacantes en la cámara baja. El partido del presidente Macron, La República en Marcha, tiene 250 escaños, y teniendo en cuenta que Los Republicanos, que tienen 61 escaños, votarán en contra, todo parece apuntar que la moción no prosperará.

Aunque Ciotti no guarda especial simpatía hacia Macron, ve con buenos ojos la reforma de las pensiones y afirmó que sus diputados no darían apoyo a las mociones de censura para no participar "en una coalición de extremos". Así y todo, Los Republicanos están bastante divididos, y el antiguo número dos del partido, Aurélien Pradié, encabeza un grupo de díscolos que quieren romper con la disciplina de voto y dar apoyo a la moción. "Los Republicanos no pretenden convertirse en la muleta de Macron", aseveró esta semana en declaraciones a franceinfo.