El avance de los talibanes en Afganistán continúa imparable, después de tomar hasta cinco capitales de provincia en una semana, su logro más importante en veinte años de guerra. Después de días de combate, ayer domingo capturaron las ciudades de Kanduz y Sar-e Pol, en el norte del país, y Talukan, capital de Takhar: "Después de mes y medio de resistencia, y al intensificarse hoy la lucha con los talibanes en la calle se ha decidido evacuar Talukan. La ciudad ha caído ahora en manos de los talibanes", aseguró a Efe el diputado Ashraf Uddin Aini, que representa a esta región en el Parlamento del país.

Liberación de presos

A primera hora del domingo, las fuerzas de seguridad abandonaron la ciudad de Kanduz y se atrincheraron en el aeropuerto provincial. Los talibanes aprovecharon la ocasión para hacer caer un muro de una prisión de la ciudad, hecho que permitió la liberación de centenares de presos, incluidos insurgentes.

En este sentido, según apunta Nelofar Koofi, parlamentaria de la región, las sedes del gobernador, la policía y otros edificios gubernamentales están "por ahora en manos de los insurgentes", mientras los civiles no salen de casa o intentan desplazarse hacia zonas más seguras. Malik, que vive en Kanduz, asegura a Efe que la capital es un caos y que se están librando  "fuertes combates" y ha confirmado el incendio en un mercado textil.

Éxito de los talibanes

En el 2015 los talibanes ya habían tomado la ciudad, que tiene un valor estratégico muy importante, ya que conecta varias provincias y hace frontera con Tayikistán. Entonces permanecieron durante dos días, hecho que supuso un éxito sin precedentes desde la caída del régimen con la invasión norteamericana del 2001.

Otra de las capitales que cayó este domingo bajo el control de los talibanes fue Sar-e pol, donde los insurgentes también tomaron la prisión. En esta ocasión, sin embargo, no consiguieron liberar a los reclusos. Por otra parte, la población está atrapada entre dos fuegos: "No sabemos qué hacer, estamos retenidos en nuestras casas y solo oímos los disparos y las explosiones", explica a Efe Farooq, residente de esta provincia, una de las menos desarrolladas del país. Buena parte de su territorio ya estaba tomado por los talibanes, pero, en los últimos 20 años, su capital nunca había caído.

Este nuevo hito de los talibanes llegó después de capturar el sábado Šibarġan, capital de la provincia noroccidental de Jawzjan y fronteriza con Turkmenistán, un día después de controlar Zarang, que en su caso limita con Irán. Estas cinco capitales son las primeras en caer en manos de los talibanes desde el comienzo de la gran ofensiva, que coincidió con la fase final de la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán, empezada el 1 de mayo.

"Nadie bajo amenaza"

Mientras tanto, continúan las muertes de civiles, como los 12 miembros de una familia que murieron después de la explosión de una bomba. Entre ellos, había seis niños.

Por su parte, el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, ha celebrado la toma de las capitales y ha asegurado que han conseguido una gran cantidad de armas: "Todos los empleados del gobierno, activistas y otros grupos de la sociedad civil tienen que vivir en paz. Nadie está bajo amenaza", ha remarcado Mujahid.

En la imagen principal, un soldado de las fuerzas afganas patrulla después en la ciudad de Herat, después de vencer a los talibanes en una batalla para recuperar su control / Efe