Cuatro personas han sido detenidas este sábado por la mañana tras lanzar pastel de manzana y crema contra la vitrina que protege la Corona Imperial del Estado en la Torre de Londres. La acción reivindicativa ha tenido lugar pocos minutos después de la apertura del recinto y ha provocado el desalojo inmediato de los visitantes y el cierre provisional del mismo. Los hechos se han producido dentro del Waterloo Barracks, donde se conservan las joyas más preciadas de la corona británica, y han causado gran estupefacción entre los turistas y los Beefeater, los emblemáticos guardianes del lugar. Los gestores del museo han asegurado que ninguna pieza ha sufrido daños y que las fuerzas de seguridad han actuado con rapidez
La Policía Metropolitana (Met) ha confirmado que los cuatro individuos han sido arrestados bajo sospecha de causar daños criminales a la vitrina que contiene la Corona del Estado, creada en 1937 para la coronación del rey Jorge VI. En un comunicado, la Met ha detallado que los agentes han actuado en colaboración con la Policía de la Ciudad de Londres y el personal de seguridad de la Torre, y que los detenidos se encuentran actualmente bajo custodia. La acción, que se ha producido sobre las diez de la mañana, ha sido reivindicada por el colectivo Take Back Power, que se define como un movimiento de resistencia civil no violenta.
En las imágenes difundidas por Take Back Power se puede ver cómo uno de los activistas extrae de una bolsa una bandeja envuelta en papel de aluminio y lanza un pastel directamente contra la vitrina que protege la Corona. Otro participante vierte varias veces sobre el cristal un líquido amarillento y espeso, similar a una crema. Acto seguido, los cuatro manifestantes se desabrochan los abrigos para mostrar camisetas con el lema del grupo, mientras uno de ellos grita “la democracia se ha derrumbado” y otro proclama: “Gran Bretaña está rota, estamos ante las joyas de la nación para retomar el poder”.
El colectivo Take Back Power ha detallado que su acción tenía como objetivo presionar al gobierno británico para que impulse la creación de una asamblea ciudadana permanente, a la que llaman “Cámara del Pueblo”, con capacidad real para gravar a las grandes fortunas e impulsar reformas estructurales para “arreglar” el país. El objetivo simbólico del ataque no es menor: la Corona Imperial del Estado, una de las piezas más emblemáticas del tesoro real, está incrustada con casi 3.000 diamantes, 269 perlas y 17 zafiros, pesa más de un kilo y continúa siendo utilizada en eventos oficiales como las coronaciones —la última, la de Carlos III— o las inauguraciones parlamentarias.