Debemos viajar hasta la DO más pequeña de Catalunya, a la DO Alella (Barcelona), para conocer a Mireia Pujol-Busquets Guillén, segunda generación de la bodega Alta Alella. Su padre, Josep Maria Pujol-Busquets, plantó la primera viña en 1991 y, en 2001, salió al mercado la primera añada.
Hace muy pocas semanas, la bodega organizó un evento para prensa y restauradores donde, padre e hija, presentaban una nueva identidad: Alta Alella cambia de nombre y, a partir de ahora, será Art Laietà. Este nombre tiene unas intenciones claras: la asociación de la producción del vino con el arte y la reivindicación del origen de la elaboración del vino en Alella, ya que su historia es anterior a los griegos y romanos. El vínculo de Mireia con el vino empezó de pequeña, pues creció rodeada de botellas, tanto por parte de su madre, que regentaba una tienda de vinos en Badalona, como por parte del padre, que es enólogo y trabajó en diferentes proyectos hasta la creación de Alta Alella: una bodega situada tan cerca de Barcelona que, desde las viñas, se divisa la ciudad condal.
Mireia se licenció en biología y, gracias a una beca, empezó a trabajar en Naciones Unidas en temas relacionados con el medio ambiente y la agricultura. Una vez finalizada esta experiencia, vuelve para compaginar su trabajo en Alta Alella con el máster de Agricultura Ecológica que estaba cursando. En 2010, acaba y se va a Suiza, a un centro de investigación donde, entre otras especialidades, se investigan variedades resistentes a la sequía y a las enfermedades del viñedo.
Después, se marcha a California 6 meses a trabajar en una bodega y, al volver a casa, le encargan la gestión de Mas Igneus, una bodega situada en Gratallops que, en aquellos momentos, era propiedad de la familia. A su vez, se matricula en el CETT para obtener el título de sumiller. Como si todo esto fuera poco, en 2012 se inaugura El Celler de les Aus. Una nueva bodega dentro de la bodega ya existente en Alella, en la que elaboran vinos naturales bajo esta marca. Tanto Mireia como su padre, han apostado siempre por el ecologismo, la innovación y la mínima intervención.
Cuando le pedimos a Mireia cómo visualiza su futuro, responde que, sin duda, continuarán con el proyecto iniciado: apostando por el territorio, plantando y recuperando viña y continuando con la investigación de las variedades resistentes a las enfermedades y al cambio climático. Cuando le hemos pedido un vino, lo ha tenido claro: Laietà Brut Nature 2020, coupage de pansa blanca, chardonnay, pinot noir y algo de macabeo, que habla de este suelo tan característico de Alella que es el sauló, de acidez, de salinidad y del Mediterráneo. Un Cava que rinde homenaje al legado del mundo del vino de Alella, ya que los íberos ya elaboraban vino en esta zona y eran llamados laietans.
Laietà pretende reivindicar origen, artesanía e historia, tanto por el nombre como por el diseño de la botella, con su forma alargada, que imita a la que creó la Bodega Cooperativa de Alella, fundada en 1907. Si tenéis alguna petición y queréis que profundicemos en otros grandes personajes del mundo del vino catalán, os leemos en comentarios.