El barrio de Poblenou de Barcelona ha sido testigo de una gran revolución. Por suerte, hablamos de una revolución gastronómica, nada peligroso para sus ciudadanos. Y quien ha protagonizado esta alteración ha sido, ni más ni menos, que un frankfurt. Sí, sí, habéis oído bien. Hablo de la popular salchicha de origen alemán, aquella a quién Mònica Serra ha dotado de una personalidad irresistible. ¿Quién ha dicho que el frankfurt no está lleno de posibilidades? Eso mismo se preguntó Mònica, qué acto seguido se puso manos a la obra para dar lugar a lo que hoy conocemos como Frankfurt Rita, toda una revolución gastronómica con nombre de mujer. En el interior de este local, cada bocado se convierte en una revuelta de sabores, aromas y texturas. Una experiencia gastronómica digna de un alzamiento popular.

Frankfurt Rita es un homenaje a mi vecina de Sant Cebrià de Vallalta, una mujer sencilla, humana y humilde que siempre recuerdo con una sonrisa. Mònica Serra

Mònica Serra, chef y propietaria de Frankfurt Rita / Foto: Alex Froloff
Mònica Serra, chef y copropietaria de Frankfurt Rita / Foto: Alex Froloff

Frankfurts gourmets evocadores de recuerdos

Al sumergirnos en una memoria colectiva, hay un producto que ha formado parte de nuestras vidas en la etapa infantil, adolescente y adulta: el bocadillo de frankfurt. Esta salchicha que tantos recuerdos nos evoca: una cena informal con los amigos de toda la vida, aquel bocado rápido antes de ir al cine con el amor de verano, una tarde tonta hablando de los problemas cotidianos con tu hermana... Este bocadillo que se popularizó en los años 60 del siglo pasado podría considerarse como uno de los bocatas preferidos por los catalanes. No en vano, Catalunya es la comunidad autónoma con mayor cantidad de establecimientos de frankfurt. Será que nos gustan las cosas sencillas, pero revolucionarias.

Frànkfurt BLT del Frankfurt Rita / Foto: Alex Froloff
Frankfurt 'BLT' de Frankfurt Rita / Foto: Alex Froloff

La revolución del frankfurt convencional

Quiero trabajar con todas las posibilidades que ofrecen los productos de temporada. A través del frankfurt puedo crear infinitas opciones maravillosas y sorprender a mis clientes. Mònica Serra

Seguramente, nos encontramos ante uno de los primeros frankfurts gourmets de la ciudad condal. Un local con nombre de mujer que sorprende por su versatilidad, innovación y adaptación, dónde la salchicha, el pan y el relleno se presentan con gran creatividad y calidad, dándole la vuelta al frankfurt convencional. En los últimos años, no son pocos los críticos que indagan en la necesidad de volver a la esencia de los platos, a la simplicidad y darle un papel protagonista con un tributo a la calidad. Devolver la mirada al producto, poniendo el foco en los valores de proximidad y temporada, son parte de este proceso que, en muchas ocasiones, brinda más atención a la materia prima, o a un producto en concreto. Mònica Serra ha querido potenciar la gastronomía a través del frankfurt, un producto humilde, que en Frankfurt Rita ha pasado de ser un lienzo en blanco a convertirse en toda una obra de arte.

Frànkfurt 'fresa' de Frankfurt Rita / Foto: Alex Froloff
Frankfurt 'maduixa' de Frankfurt Rita / Foto: Alex Froloff

Toda una sublevación gastronómica

Quiero que la gente no se aburra comiendo un frankfurt. Mònica Serra

Frankfurt con crema de setas, cebolla crujiente y queso, frankfurt con sobrasada, aceitunas verdes, queso, nueces y miel, o frankfurt con cebolla macerada, tomate, pimiento verde, champiñones y mostaza. Y esta revolución solo ha hecho que empezar. Entre su carta encontraréis 12 propuestas diferentes que podéis degustar con el tipo de salchicha que más os convenza: artesana, tradicional o vegetal. Y como novedad, cada mes podréis disfrutar de un frankfurt exclusivo diseñado con los productos más característicos de la temporada. Pero cuidado, tenéis que ser rápidos, porque una vez acabado el mes, saldrá de la carta para dar paso a uno nuevo. El del mes de diciembre ya os espera: frankfurt tradicional con salsa de boletus y trufa, huevo frito, mozzarella y tocino. Toda una sublevación gastronómica. A nosotros, después de probarlo, solo nos queda decir: Rita, gracias por inspirar revoluciones como estas.