¿Cereza o picota? Aunque son fáciles de distinguir, en muchos casos se utilizan sus nombres indistintamente.

Propiedades nutricionales 

Al igual que el resto de frutas, las cerezas son ricas en agua, fibra vitaminas y minerales. En su caso, entre las vitaminas destacan la A y la C y algunas del grupo B. Entre los minerales, en su composición abunda el fósforo, el potasio y el magnesio. 

Ya por su color, también podemos adivinar que las cerezas son ricas en antioxidantes por lo que nos ayudan a luchar contra los radicales libres y retrasar o evitar el envejecimiento. Así pues, una buena ración de cerezas o picotas al día nos ayuda a mantenernos sanos y jóvenes. 

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Foto: Pixabay
Beneficios 

Esta pequeña fruta tan dulce y sabrosa nos aporta muchos beneficios como su acción diurética y depurativa, el actuar como un antiinflamatorio natural o proteger el corazón al mejorar la circulación. 

Pero, sin duda, el extra que nos aportan las cerezas y que tanto valor cobra hoy en día es su concentración en triptófano, serotonina y melatonina. En definitiva, el cóctel ideal para relajarnos, sentirnos bien y descansar mejor por la noche. 

Así pues, cuando pienses que comer cerezas te hace sentir bien, debes saber que no se trata de algo subjetivo o que tan solo te sigues por un antojo o capricho, el que las cerezas nos hacen felices también lo dice la ciencia. 

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¿Cómo consumirlas?

El mayor reto cuando se compran cerezas es llegar a casa con ellas y no comerlas todas por el camino. Y es que esta fruta tan dulce sienta de maravilla a cualquier hora y en cualquier situación. 

Directamente de la caja o bolsa son una maravilla (mejor si las pasamos por el grifo antes) pero también es muy valorada su mermelada. Además de ser una excelente forma de conservarlas, la mermelada o confitura conjuga a la perfección tanto con dulce como con salado. Así pues, es tan fácil verla junto a un poco de pan para el desayuno como con queso o incluso acompañando a carnes.  

Si quieres innovar y apostar por la mezcla de dulce y salado, la propuesta es un solomillo con salsa de cereza

Recetas con cerezas

Las cerezas se adaptan a la perfección a cualquier receta tradicional dulce como son tartas, bizcochos, galletas, helados o batidos. 

Sin duda, a parte más complicada o tediosa es la de quitar el hueso central. Existe un deshuesador que podemos adquirir en cualquier tienda de menaje, pero también hay otros trucos fáciles que nos pueden ayudar. El más extendido es utilizar una pajita (las normales para beber) y apretar justo donde hemos quitado el rabito. El hueso saldrá solo por el otro lado y casi sin ensuciar. 

Una vez deshuesadas las cerezas, todas las recetas te resultarán facilísimas. Si quieres innovar y apostar por la mezcla de dulce y salado, la propuesta es un solomillo con salsa de cereza. 

Para la salsa solo tienes que cocinar las cerezas (unos 200 gramos para unas cuatro personas) en una cazuela junto al zumo de una naranja. También puedes añadir un buen chorro de un licor como whisky. Lo dejas reducir a fuego lento hasta que su consistencia sea espesa. 

A la hora de emplatar, puedes colocar los solomillos a la plancha y rociar con la salsa por encima y decorar con unas cerezas enteras. 

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Origen

El mayor productor de cerezas es Extremadura, siendo la del Valle del Jerte la gran protagonista. De esta región debemos destacar la picota, una cereza excepcional que tiene el sello de Denominación de Origen.

El resto de cerezas que podemos encontrar en nuestras fruterías suelen ser también españolas. Aragón es el siguiente productor debido a su alto nivel de cosecha, seguido de Cataluña, con unos 9 millones de toneladas por temporada. 

De hecho, es en la provincia de Lleida donde se obtienen las cerezas más caras, las Cherries Gourmet. Se trata de una fruta de un tamaño más grande y que se cosecha mucho antes que el resto. Su precio oscila entre los 65 y los 100 euros el kilo. 

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El consejo

La clave para diferenciar a las picotas del resto de cerezas es que estas no llevan rabo, ya que se queda en el árbol durante la recolección. Además, las picotas son más pequeñas y suelen presentar un tono más oscuro. 

Otra diferencia es la fecha en la que llegan a nuestras fruterías, algo más tarde que el resto de cerezas. Esto también ayuda a que sean las últimas que encontremos en la temporada, siendo posible encontrarlas hasta finales de agosto. 

La prueba definitiva para que no nos den cereza común por picota (sobre todo si indican que es con Denominación de Origen Protegida) es que las picotas son mucho más dulces, sin apenas ese punto ácido que se suele diferenciar en las cerezas. Su carne es más tersa y también tiene menos cantidad ya que, además de ser más pequeñas, su semilla es más grande.