Propiedades nutricionales 

La caballa, también conocida como sarda o verdel, dependiendo de la región, pertenece a la familia de los escómbridos. Se trata de un pescado azul y, como tal es rico en ácidos grasos Omega 3. 

Pero también puede presumir de una admirable concentración de vitaminas. Siendo un pescado, destaca en las del grupo B, sobre todo la B12, siendo muy superior su concentración a la de otros pescados o incluso los huevos. 

También están presentes la Vitamina A, tan beneficiosa para la piel, la Vitamina D, necesaria para que nuestro organismo absorba el calcio, y la vitamina E, un antioxidante. 

En el apartado de minerales, la caballa es rica en potasio, fósforo, yodo y selenio. 

Beneficios 

El principal beneficio que nos aporta el consumo de caballa es su concentración en Omega 3. Esta sustancia es imprescindible para mantener una buena salud cardiovascular y que este tipo de grasas, conocidas como “grasas buenas” tienen el “súper poder” de disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre. Así pues, ayudan a cuidar tanto de nuestras arterias como del corazón. 

En parte, esto es debido a que las grasas de la caballa logran que la sangre sea menos densa y circule de forma más fluida, lo que disminuye el riesgo de formación de coágulos o trombos.

Para ser justos, también debemos alertar de sus contraindicaciones. En este caso, por su contenido en purinas, sustancia que en el organismo se transforman en ácido úrico, no es recomendable en pacientes con hiperuricemia o gota.

Las cocciones más saludables son a la plancha o al horno, siendo esta segunda la que da un mejor sabor. Otra opción muy popular es en escabeche y ahora es la época perfecta para prepararlo casero

¿Cómo cocinarlo?

Ahora que la caballa empieza la temporada y las pescaderías se llenan de este pez tan vistoso y con un precio tan económico, es el momento de sacarle todo el partido. 

Como siempre, las cocciones más saludables son a la plancha o al horno, siendo esta segunda la que da un mejor sabor. Otra opción muy popular es en escabeche y ahora es la época perfecta para prepararlo casero. 

Al igual que el atún o las sardinillas, la caballa es habitual encontrarla en lata. Pero ya que estamos en temporada, vamos a darle prioridad al producto fresco y dejar las conservas para el verano, cuando su temporada toque fin. 

Recetas con caballa

Una de las ventajas de la caballa es que es muy fácil quitar las espinas y extraer los lomos, algo que simplifica muchas preparaciones (sobre todo cuando hay niños en la mesa).

El papillote es una técnica muy saludable ya que no se aportan grasas, ideal para pescados grasos como la caballa. De base se pueden elegir las verduras que más gusten, siendo buenas ideas la zanahoria, el calabacín, pimiento o cebolla. 

El truco es colocar todo en papel de horno y envolverlo hasta conseguir un paquetito por el que no se escape nada. Después, lo dejas hornear durante unos 15 minutos (dependiendo de la cantidad) y ¡Listo!

La caballa queda riquísima aderezada con un poco de limón y cuidado con la sal, ya que se trata de un pescado muy sabroso. 

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Foto: Unsplash
Origen

En la actualidad, Francia es el país europeo con mayor número de capturas al año, de treinta a cuarenta y cinco mil toneladas. España ocupa el cuarto lugar, con cifras  que oscilan entre diez y quince mil toneladas.

En la zona mediterránea se ha consumido caballa desde la antigüedad, siendo los griegos los que lo introdujeron en su recetario y crearon algunas recetas que siguen siendo muy populares. De hecho, fueron los primeros que lo comercializaron. 

Los romanos la llamaban Scombrus, nombre que heredó un pequeño pueblo cerca de Cartagena, Escombreras.  

El consejo

Al igual que con el resto de pescados, al comprarlo fresco debemos fijarnos en que la piel esté tersa y los ojos brillantes. También en que no desprenda ningún olor raro y se mantenga tieso al cogerlo. 

Si lo vamos a congelar, mejor hacerlo sin cabeza ni vísceras. Así, podrá aguantar entre 3 y 6 meses perfectamente. 

Si no queremos que pase por el congelador, la mejor opción es preparar un escabeche. De esta forma puede aguantar unos 8 días en la nevera.