¿Como la carne de Osona no hay nada? Sí, pero la variedad de propuestas que podemos encontrar en su capital es de lo más variada: falsa castaña de brandada con una crema de castañas y boniatos crujientes, pimientos del piquillo rellenos de crema de buey de mar y bechamel de gamba, o alcachofas con una crema de cebolla de Figueres, tocino ibérico y jugo de asado. Sònia Carmona, nuestra Foodlovers de confianza, se traslada hasta Vic y nos comparte sus hallazgos. ¡Dadle al play, gourmeters!

 

Insòlit

El Insòlit hace un año que abrió, y lo encontramos en el casco antiguo de Vic. Su oferta es diversa, con menús que cambian estacionalmente, y los productos con que trabajan son de temporada. Su menú degustación es muy recomendable, pero también está la opción de escoger entre su insólita —claro está— carta.

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Falsa castaña de brandada / Foto: Raquel Sánchez

📍 Calle de los Corretgers 4

DiVicnus

Con Marc Buxaderes en los fogones y Marc Galceran al frente de la sala, el DiVicnus apuesta por la cocina de mercado. Ocupa un local que siempre ha funcionado como restaurante, razón por la cual es muy conocido entre la gente de la ciudad. Abrió en enero del 2020, y ni la pandemia ni ningún otro obstáculo ha podido deslucir su propuesta gastronómica.

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Pimientos del piquillo rellenos / Foto: Raquel Sánchez

📍 Calle de Sant Miquel dels Sants 1

El Bàcul

Pequeña trampa: el nombre de este local es Magda Subirana. Eso, sin embargo, cambiará próximamente para formalizar la nueva línea que ha cogido el restaurante desde la incorporación, en las postrimerías del año pasado, del chef David Garriga. Siguiendo las bases de la tradición catalana y añadiendo toques contemporáneos, la cocina de El Báculo es honesta y de proximidad.

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Alcachofas con tocino / Foto: Raquel Sánchez

📍 Calle de Sant Sadurní, 4