Una semana más, La Foodlovers vuelve para descubrirnos tres nuevos restaurantes. Por primera vez en este año, aterrizamos en Girona para conocer los tres restaurantes más clásicos y más antiguos de la ciudad gerundense. Calçots a la brasa, en plena temporada, el asado de fiesta mayor con butifarra, pollo y costillo y, por último, pastel de cebolla con salsa de queso. ¡Todos y todas ya estáis salivando y es que estos tres platos son para lamerse los dedos! Adentraos con las reliquias que Sònia Carmona, nuestra Foodlovers de confianza, ha encontrado por las calles de Girona. ¡Dadle al play, gourmeters!

 

L'Argadà

El restaurante L'Argadà es un local centenario de Girona, fundado el año 1893, donde el más característico es su brasa que tiene en medio del restaurante. Aparte de todos los productos que se pueden cocinar a la brasa, la cual da un sabor único a los alimentos, también es un local mucho conocido por su cocina de cazuela, la cocina de antes, donde cada semana se pueden encontrar platos muy representativos de la cocina catalana y también de temporada. Es un local donde se reúne mucha gente local, familias, parejas, amigos, trabajadores y grupos, ya que su ubicación es idílica.

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Calçots a la brasa / Foto: Ráquel Sánchez

Casa Marieta

Casa Marieta es el restaurante más antiguo de Girona. Sus 130 años de historia avalan este gran título honorífico. Maria Vinyoles Soler (Marieta) se encargó de la gestión de esta casa desde finales del siglo XIX (1892). La tenacidad de la fundadora se heredó de padres a hijos, hasta que el año 1992, se reconoció la tarea cumplida por varias generaciones por parte de la Cambra de Comerç y del Ajuntament de Girona, celebrando el centenario de esta histórico local. Actualmente, el restaurante centenario Casa Marieta, sigue siendo un pilar de la cocina catalana y de mercado, un lugar visitado por el pintor Salvador Dalí.

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Aasado de fiesta mayor con butifarra, pollo y costillo / Foto: Ráquel Sánchez

Cafè Le Bistrot

Cafè Le Bistrot abrió el año 1978. Los hermanos Vidal supieron captar el potencial de una zona que tenía poca oferta gastronómica. Situado en un marco arquitectónico excepcional y con una estética singular y auténtica, no es de extrañar que haya sido escenario cinematográfico ya desde los años 80. Desde Mi General, pasando por Soldados de Salamina o Juego de Tronos, para citar algunas. Desde que abrió, el Bistrot ha sabido ofrecer la cocina más nuestra, la que requiere tiempo y productos de mercado. Pero también aquellos caprichos que son marca de la casa desde su inauguración: las pizzas de campesino. A pesar de las prisas de la modernidad, el Bistrot promete un buen guiso o disfrutar de un delicioso crepe, en un escenario de película.

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Pastel de cebolla con salsa de queso / Foto: Ráquel Sánchez