La película dirigida por Tran Anh Hung y asesorada por Pierre Gagnaire, reconocido gastrónomo, está basada en el libro "La vie et la passion de Dodin-Bouffant, gourmet" de Marcel Rouff. Recientemente presentada en el Festival de Cannes, la historia transcurre en la Francia de 1885 y nos explica cómo la cocinera Eugénie, interpretada por Juliette Binoche, trabaja para el famoso gourmet Dodin, interpretado por Benoît Magimel, desde hace veinte años. Con el tiempo, de la práctica de la gastronomía y la mutua admiración nace una relación romántica entre ellos. Su asociación los ha hecho crear platos únicos capaces de satisfacer los paladares más exigentes, así y todo, Eugénie valora su libertad y nunca ha querido casarse con Dodin. Entonces, decide hacer algo que nunca ha hecho: cocinar para ella.
Juliette Binoche y Benoît Magimel a "A fuego lento"
En una entrevista al director, Tran Anh comenta que es maravilloso ver a personas de su edad, en sus años tardíos, como diría Dodin, con unas ganas de vivir que él mismo llama como clásicamente francesas. Nada de romance ni pasión ardiente, únicamente algo ordenado y contenido en una relación tranquila con el mundo y la naturaleza. Una pareja a quien los une el amor y la pasión por la cocina.
La primera escena de la película vemos una maravillosa Juliette Binoche en el huerto arrancando lo que parece una zanahoria y acto seguido comiéndosela, toda una declaración de intenciones de lo que vendrá.
Juliette Binoche a "En fuego lento"
A lo largo del filme aparece la cocina del protagonista en pleno funcionamiento las veinticuatro horas y durante toda la película, una cocina de las de antes conocida como "cocina económica", hecha con hierro colado y que funcionaba con carbón o recoge leña donde era muy difícil controlar las temperaturas, aquí vemos sin perder detalle como Eugénie cocina unos volovanes, un carré de cordero, una salsa Bourguignonne o un pastel Alaska. Se habla poco, pero se habla, de Antonie Carême, a quien muchos consideran el auténtico fundador de la cocina francesa, y de Auguste Escoffier, que llevó a la cima lo que llamamos alta cocina.
La película nos regala momentos memorables como la secuencia en la cual Dodin y sus amigos se comen unos hortelanos, presumiblemente a la provenzal, y para hacerlo se tapan la cabeza con una servilleta como era tradición en aquella época y así poder saborearlos sin manías. Cabe decir que la caza y la comercialización de hortelanos está prohibida desde finales del siglo XX, y la manera de preparar este plato ha entrado en la historia de la gastronomía saliendo de los platos de los gourmets. Una de las elaboraciones que Dodin prepara a su mujer y cocinera o cocinera y mujer, ya lo descubriréis, y que esta encuentra delicioso, creo que es la poularde de Bresse en demi-deuil o semiluto por el color de la trufa que va adherida entre la piel y la carne del ave.
Esta obra maestra que luchará por Francia en el camino hacia los Oscars llenará sin duda los próximos meses las salas de cine de aromas y sabores, así pues, disfrutadla y que tengáis buen provecho.