Una majestuosa obra de ingeniería parte la tierra en dos para dejar paso al mar. El nuevo paisaje en el que se detiene la Radioneta, la autocaravana convertida en estudio radiofónico itinerante, es quizás uno de los menos conocidos de Grecia, pero no por ello menos impresionante. Con una longitud de 6,3 kilómetros y unos 40 metros de altura, el canal de Corinto atrae las miradas de los visitantes que se concentran en uno de sus puentes para sacar la mejor fotografía.

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El canal de Corinto, la imponente obra de ingeniera que se ha convertido en atracción turística

Después de conocer gran parte de la península del Peloponeso y dedicar el último pódcast a la historia de Olimpia, la ciudad que vio nacer los Juegos Olímpicos en la Antigüedad, avanzamos sobre el asfalto para dedicar unos días a descubrir Corinto. La ciudad, situada a menos de 100 kilómetros de Atenas, será la última parada en la península antes de adentrarnos en la capital del país heleno. Además de una impresionante obra de ingeniería, Corinto ofrece al visitante lugares arqueológicos únicos como el Templo de Apolo, así como la Acrópolis de la Antigua Corinto.

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Corinto, Grecia / Foto: M.S. y C.T.

La construcción del canal de Corinto se llevó a cabo a finales del siglo XIX en el istmo homónimo y separa la región del Peloponeso de la Grecia Continental. Su construcción permitió acortar distancias entre ambas zonas del país heleno. Posibilita a las embarcaciones ahorrar unos 200 kilómetros en la ruta entre el mar Jónico y el mar Egeo. Está considerada una de las obras de ingeniería más espectaculares realizadas a lo largo de la historia y, aunque habría que esperar hasta 1893 para la finalización de las obras lideradas por el ingeniero István Türr, abrir la tierra en dos ya rondaba en la cabeza de los dirigentes de la Antigua Grecia.

De Nerón al siglo XIX, malos augurios y miles de años de construcción

Algunas investigaciones han señalado a Periandro, el tirano de Corinto (602 a.C.) y uno de los Siete Sabios de Grecia, como el primero en plasmar la idea de cavar el canal de Corinto. Sin embargo, la complejidad del proyecto lo hacía inasumible y Periandro acabó construyendo el diolkós, un camino de piedras que facilitaba el traslado de barcos sobre una plataforma con ruedas. Siglos más tarde, la idea también rondaría al rey macedonio Dimitrios Poliorkitis, a Julio César y a los emperadores Adriano, Calígula y Nerón

A lo largo de la historia, una predicción frenaba las aspiraciones de los mandatarios griegos. Una profecía del oráculo de Delfos, el lugar hasta el que viajaban las ciudades griegas para consultar su destino, advertía de las inundaciones que Zeus enviaría si se decidía partir la tierra en dos. Pese a los malos augurios, Nerón llegó a comenzar la excavación (67 d. C.), inaugurando unas obras en las que trabajaron miles de esclavos. Sus intenciones se vieron frenadas con la llegada al poder de Galba, su sucesor.

Actualmente, se calcula que unos 12.000 barcos recorren el canal, pese a sus estrechas dimensiones. Sus 24 metros de ancho brindan una fotografía única. En 2019, la naviera noruega Fred Olsen cruzó el canal con un buque de 195 metros de eslora y 22,5 metros de ancho. Apenas 70 centímetros separaban la pared de tierra, en la zona más estrecha del canal, del casco del barco que llevaba a bordo casi 1.000 pasajeros.