¿No sabes qué hacer para|por Semana Santa a Catalunya? Hay un precioso pueblo situado en el norte del Baix Empordà donde la tradición cristiana de la Pasión durante estos días festivos se convierte en una representación teatral de calle que acaba con la esperada Danza de la Muerte, representada por personas vestidas de esqueletos. La población de la cual hablamos es Verges, una preciosa villa situada sobre una pequeña colina rodeada de arboledas y de las tierras de labranza que se extienden a la orilla izquierda del Ter. ¡Aquí te explicamos todo lo que puedes hacer y ver, que no es poco!
 

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Por qué visitar Verges durante la Semana Santa

Verges y su entorno es una zona que siempre es digna de visitar, pero durante la Semana Santa tiene todavía más sentido organizar una salida a esta población porque cada Jueves Santo allí se puede vivir la tradición cristiana de la Pasión, una procesión que tiene más de 300 años de historia y que, independientemente de las creencias religiosas que se tengan, es digna de ver.

La procesión representa el drama de las últimas horas de Jesucristo. Lo que más llama la atención es que arranca a las 12 de la noche desde la iglesia del pueblo y avanza bajo la única luz de las antorchas encendidas.

Todo el mundo espera la interpretación de la Danza de la Muerte, donde cinco personas vestidas de esqueletos bailan al sonido de un tambor y lo hacen colocándose en forma de cruz. Otros 5 esqueletos se quedan estáticos. Verges es la única población catalana que conserva esta escenificación, y por esta razón fue declarada Fiesta tradicional de interés nacional en 1983.

No te puedes perder la calle del Oriente, conocida como El carrer dels Cargols. Es la única que conserva la tradición luminosa que había ambientado parte del recorrido de la Procesión antes de la instalación de la red eléctrica. La tradición consiste en enganchar caparazones de caracoles en las paredes de las fachadas de las casas de la calle, depositar una mecha y llenar de aceite de freír los buñuelos. Estos caparazones de caracoles se convierten en originales lámparas que iluminan la calle.

Qué más ver en Verges

Visitar Verges durante la Semana Santa es una oportunidad de oro para conocer sus lugaresde interés. Se tiene que tener en cuenta que la parte más antigua de la población se construyó durante la época medieval y todavía encontramos construcciones que son verdaderas supervivientes de la villa medieval. Entre todo lo que puedes visitar destaca:

  • El Castillo. De época medieval, el castillo de Verges ha sido declarado Bien de Interés Nacional (BCIN). Lo único que queda del castillo es un muro de unos diez metros de largo por cinco de alto que actualmente es la pared posterior de la Casa Consistorial.
  • Iglesia parroquial de Sant Julià i Santa Basilissa. Está situada en el casco antiguo de la villa y fecha de 1760. Podemos ver un campanario de estilo neoclásico y un ábside semicircular de estilo románico.
  • Recinto fortificado. Rodea la parte más antigua del pueblo y también ha sido catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). En la Plaza Major se conservan algunas magníficas muestras de la muralla, que ha sobrevivido al paso de los años.
  • Molino de Verges. En la parte occidental del recinto fortificado encontramos el antiguo abrevadero, que era a unos 15 cm de profundidad y tenía uno ligero pendiente que lo comunicaba con la acequia del Molino. Desde el abrevadero, siguiendo el foso por donde transcurre la acequia del Molino, hay un fragmento de muro bien conservado. Al final del tramo está el molino de Verges. Según los historiadores, este molino había sido el molino hidráulico harinero de los señores de la baronía de Verges en el siglo xv y se dice que familias como los Marimon, los Albert, los Sentmenat o los Ciutadilla deben a la explotación de los recursos hídricos transformados por el molino buena parte de su fortuna.
  • Fuente vieja. Esta fuente que ya no mana se conocía también con el nombre de "Fuente del Abrevadero" que se construyó en 1885 a raíz de la epidemia de cólera para controlar la salubridad de las aguas de consumo.