Probablemente, tú también lo haces: acabas de sacar la ropa de la lavadora y dejas la puerta abierta para que "se seque bien". Es un gesto que parece lógico y que muchas familias han convertido en rutina. Pero, ¿sabías que los científicos han descubierto que esta práctica tan extendida puede tener efectos inesperados?

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¿Por qué dejamos la puerta de la lavadora abierta?

La mayoría de nosotros hemos aprendido este hábito de nuestros padres o lo hemos leído en algún manual. La idea es sencilla: si dejamos la puerta abierta, la humedad saldrá y evitaremos que aparezcan moho y malos olores. Parece de sentido común, ¿verdad? Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos efectivamente recomiendan esta práctica para prevenir el crecimiento de microorganismos. Pero hay algo importante que a menudo pasamos por alto: el tiempo que la dejamos abierta es importante.

¿Cuánto tiempo puedo dejar la puerta abierta? Según la investigación científica de los CDC y la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el tiempo óptimo es entre una y dos horas después del lavado. No hace falta dejarla abierta todo el día ni, aún menos, durante días enteros. De hecho, hacerlo puede ser contraproducente porque después de este tiempo, ya no estamos eliminando humedad del tambor, sino que podemos estar permitiendo que entre nueva desde el exterior.

¿Qué pasa si dejo abierta la puerta de la lavadora demasiado tiempo?

Un estudio recientemente publicado en la prestigiosa revista PLOS One ha descubierto algo sorprendente: las lavadoras pueden convertirse en auténticos "hoteles de lujo" para bacterias peligrosas. La profesora Katie Laird, de la Universidad De Montfort, analizó doce lavadoras domésticas y encontró que el 30% contenían bacterias potencialmente patógenas como la Pseudomonas aeruginosa y la Klebsiella pneumoniae. Estos "inquilinos indeseados" crean biopelículas - una especie de capa protectora - que los hace especialmente resistentes. Cuando dejamos la puerta abierta durante muchas horas o días, especialmente en ambientes húmedos o poco ventilados, podemos estar creando las condiciones perfectas para que estos microorganismos proliferen aún más.

Si tienes una lavadora con puerta frontal (la mayoría en Cataluña), debes tener especial cuidado. La goma de sellado que rodea la puerta es como una esponja que retiene humedad y suciedad. Es precisamente aquí donde los científicos han encontrado más biopelículas bacterianas. Después de cada lavado, esta goma queda mojada. Si dejamos la puerta abierta el tiempo justo - una o dos horas - el aire circula y se seca. Pero si la dejamos abierta indefinidamente, podemos estar exponiendo esta zona sensible al polvo, esporas y otros contaminantes del ambiente. Por otro lado, las bisagras de las puertas de la lavadora no están preparadas para aguantar el peso de la puerta abierta durante tanto tiempo y pueden acabar estropeándose.

Durante el verano, cuando la humedad ambiental es alta, el problema se agrava. La Agencia de Protección Ambiental establece que la humedad interior debería estar entre el 30% y el 50%. Cuando supera estos niveles - algo frecuente en el verano catalán - dejar la puerta abierta puede ser como abrir las puertas de casa durante una tormenta. La Sociedad Americana de Ingenieros de Climatización (ASHRAE) recomienda mantener la humedad por debajo del 65% para evitar el crecimiento microbiano. Si en tu casa superas estos niveles y dejas la puerta abierta durante horas, puedes estar empeorando el problema en lugar de solucionarlo.

Señales de que lo estás haciendo mal

¿Cómo puedes saber si estás dejando la puerta abierta demasiado tiempo? Estas son las señales de alarma:

  • La ropa sale con olor extraño a pesar de haberla lavado
  • Notas un olor húmedo persistente en la zona de la lavadora
  • Ves manchas oscuras en la goma de la puerta
  • La familia empieza a tener más problemas respiratorios sin causa aparente

Si te suena familiar alguno de estos síntomas, quizás es hora de replantearse la rutina.

¿Qué recomiendan los expertos?

Tanto la OCU como los profesionales de la salud pública tienen claro qué hay que hacer:

Inmediatamente después del lavado:

  • Saca la ropa enseguida, no la dejes dentro del tambor
  • Pasa un trapo seco por la goma de la puerta
  • Deja la puerta abierta entre una y dos horas

Después de este tiempo:

  • Cierra la puerta para evitar que entre humedad exterior
  • Si la zona es muy húmeda, utiliza un deshumidificador
  • Asegúrate de que haya ventilación en la lavandería

Trucos prácticos para el día a día

  • Si pones la lavadora por la mañana: deja la puerta abierta hasta la hora de comer
  • Si pones la lavadora por la tarde: ciérrala antes de ir a dormir

Los CDC recomiendan hacer un lavado de mantenimiento cada pocas semanas con agua caliente (60 °C o más) y un poco de lejía. Este truco elimina las biopelículas que se han podido formar y mantiene la lavadora realmente limpia. También es importante limpiar regularmente el filtro y usar de vez en cuando productos específicos para la limpieza de lavadoras. No hace falta gastar una fortuna: el vinagre blanco también es eficaz, según diversas investigaciones.

Dejar la puerta de la lavadora abierta no es malo, pero como muchas cosas en la vida, la clave está en la medida. Una o dos horas son suficientes para eliminar la humedad residual sin exponer el interior a contaminantes exteriores. La próxima vez que acabes un lavado, recuerda: menos puede ser más. Tu lavadora - y la salud de tu familia - te lo agradecerá. Después de todo, ¿quién iba a pensar que un gesto tan simple como dejar una puerta abierta podía tener tanta ciencia detrás?